El tiempo de Peeta y Cashmere

Llegamos sonrientes a la planta baja y salimos del ascensor, nos cogemos de las cinturas y nos miramos, besamos y sonreímos, cuando estamos en la barra de la comida recogemos algo de estofado y pasta, algo de fruta, bebida y postre, le tomo su bandeja y la mia y nos besamos corto en los labios, mientras nos sentamos en una de las mesas del centro del comedor.

Nos sentamos sonrientes uno frente a otro. Antes de nada os damos un corto beso como el qie nos dimos antes al recoger las bamdejas. Peeta me da mi bandeja y pone la suya delante de él. Nos miramos y reímos. Me gustan estos momentos en los que nos entendemos sin palabras.

-Gracias -Le digo sonriente- bueno... Y ¿tienes pensamiento de hacer algo luego? -Sonrio y toomo algo de pasta-.

-Pues no, la verdad, no tenia pensado hacer nada muy especial, solo, pasar el día contigo si me dejas, -Le digo sonriente mientras le acaricio su mano y vamos comiendo- de todas formas, lo que querria hacer no puedo hacerlo, ya sabes, salir de aquí y volver a nuestro hogar. -Le sonrío mientras tomo algo de pasta-

Estos momentos me encantan, estar con mi mujer, estar con ella es lo único que más me importa, sentir sus besos, sus caricias, a ella, sentirla a ella, al fin y al cabo, por que dentro de poco no podré sentirla.

-Si quieres, elije tu, yo mientras estemos juntos cualquier cosa me parece bien.

Sonrío mientras le escucho y seguimos comiendo

-Sí, habría estado bien poder ir... -le devuelvo la caricia- Pero bueno... a ver siempre podemos... tarde de cine en la habitación, ir al jardín... -le miro sonriente al decir de ir al jardín y le veo reirse-. Oyee... -le digo riendo-. ¿Quieres ir?

Sonrío al decir la palabra jardín, me encanta ese lugar, mientras sea con ella, todo me parece estupendo.

-Me encantaría pasar todo el día en el jardín contigo, es el mejor lugar donde podríamos estar. -Le respondo riendo mientras le acaricio con las yemas de mis dedos su mano-

Me gustaría poder salir de este edificio, pero no podemos salir, las reglas lo prohíben, pero me encantaría sentirme libre, de nuevo. Así que elijo el jardín por eso.

-Jardín, por supuesto, es el sitio donde más libre me siento en este lugar. - le digo riendo y comiendo-

Sonrío ampliamente mientras me dice que vayamos al jardín y le asiento mientras le acaricio la mano.

-Si, si, si vamos -le digo riendo-. Tengo muchas ganas de pasar el día ahí contigo. -le miro sonriente y seguimos comiendo, bebo un trago de agua y miro a Peeta-. Ala yo no quiero más... -le sonrío y me levanto, voy hacia su silla y le abrazo por la espalda-. Cuando quieras nos vamos -río-

Acabo mi plato y me pongo en pie, no sin antes besarle la mano derecha y sonreírle.

-Vale vamos, espera cogeré algo de postre para tomarlo arriba, en el jardín. -Nos miramos y nos reímos de nuevo, me acerco a la barra y tomo unos pastelitos, de chocolate y crema, hoy no les ha dado su ración a los peques y seguro que estarán pidiéndole el chocolate del día- Bueno venga vamos al jardín, allí es donde nos sentimos libres, dentro de esta cárcel, -la tomo de la cintura mientras acerco nuestros labios y la voy besando hasta que entramos en el ascensor-


SEGUIMOS EN EL EL PISO UNO, EL JARDÍN