Las Reflexiones de Peeta y Cashmere

Salgo de mi habitación, con el uniforme negro de manga corta y las botas militares, me acerco al borde y veo a toda la gente disfrazada, oyendo sus vítores y algunos apostando para los juegos, es una fiesta, supuestamente para los tributos. Cabeceo mientras me siento en el borde del jardín y pongo mis brazos apoyados en mis rodillas, agacho la cabeza y entristezco y enternezco mi mirada mientras escucho los cánticos, los gritos, los vítores de la gente del Capitolio.

En ese momento algo capta mi atención a mi espalda.

Salgo al jardín con un pantalón corto negro y una camiseta de manga corta azul. Me quedo anonadada al verlo. Es absolutamente precioso. Giro sobre mi misma observando cada detalle y sonrío. Veo a Peeta sentado en el borde, entristecido y cabizbajo. Me acerco a él y le abrazo fuerte por la espalda mientras le beso en la mejilla.

-¿Estás bien? -le susurro aún abrazada a él. Le siento estremecerse y asentirme ligeramente con la cabeza. Se que nos es cierto, pero no le replico respuesta. Me aparto de él y me siento a su lado mientras observo el paisaje, aunque en realidad lo mire a él. Al no recibir ningún cambio en su respuesta miro por el borde. Las amplias calles llenas de gente bailando. Miro de nuevo intentando distinguir algún detalle-. ¿Están disfrazados enserio? -miro a Peeta riendo intentando evadirle de lo que le cierra la mente pero creo que no lo consigo. Peeta se encoge de hombros y pierde la mirada en el horizonte. Le miro con pena y pierdo la mirada yo también hacia el otro lado-.

-Ah... Hola, amore. Escuchalos, están festejando nuestra próxima muerte. No queria perderme la fiesta. al fin y al cabo es para nosotros, para los tributos. Si... están disfrazados, o ¡quien sabe! teniendo en cuenta la locura de ropa que llevan aquí. -Me acerco a ella y le beso en la mejilla- Lo siento, es que... quien sabe, si no es por esta alianza, no se si hubiera tenido posibilidad de salir vivo de la arena. Bueno....


En ese momento se oyen nuevos vítores de la gente del Capitolio, gritos, de toda clase y mi corazón me da un vuelco.

-Bueno... Y... -Me detengo un momento para tomar aire y le miro a los ojos-

Le escucho atenta y con frialdad en el gesto. Frunzo el ceño mientras bajo la cabeza cuando dice las palabras ''..nuestra próxima muerte''. Aparco mi posición de esposa y le miro con otros ojos, para hablarle como mentora y.. como amiga.

-¿Piensas que no podrías salir ahí? ¿Qué no tienes oportunidad? Porque te equivocas. No debes pensar así. -le miro fijamente a los ojos y cambio la mirada al frente cuando ambos nos asustamos con los vitoreos de la gente-. ¿Y qué? -le miro extrañada, no se que quiere decir-. No tiene sentido, explícate mejor. -digo fría y seriamente-.

Noto un gran cambio en mi actitud, cambio de esposa a mentora. A... tan mentora. Me siento muy fría pero es la actitud que debo tener ahora mismo con él, y ambos lo sabemos.

LE escucho mientras cambia el tono, por fin, comienza a hablarme como Mentora y como amiga, sobretodo, como Mentora, me quedo mirándole a los ojos y lo hago de forma tierna, recupero esa mirada que tenia en el doce, y le miro directamente.

-No sé cómo explicarlo bien. Es que... quiero morir siendo yo mismo. ¿Tiene sentido? -Le veo los ojos y sacudir la cabeza- No quiero que me cambien ahí fuera, que me conviertan en una especie de monstruo, por que yo no soy así.

En ese momento, tras mirarle fijamente a los ojos, vuelvo mi cara y mi mirada de nuevo a las calles del Capitolio.

Le miro mientras habla y mi mirada se va perdiendo entre los... ''festejos'' de la gente. Pienso millones de cosas mientras le escucho y bajo la cabeza. Me siento perdida ahora mismo, mi cabeza no está organizada. Peeta ha pensado en como mantener su identidad, su esencia. Por una parte, tiene sentido, claro que lo tiene, pero en otra no, no consigo centrar mi cabeza y no logro unir lo que pretende Peeta.

-¿Quieres decir que no matarás a nadie? -le pregunto siendo incapaz de mirarle a la cara y menos de mantenerle la mirada fijamente clavada con la suya-.

Mantengo mi mirada hacia las calles, centrándome en los festejos, pero las palabras de Cashmere me sacan de mi trance. Le miro a los ojos y muevo mi mano hacia mi cuerpo y hacia mi otra mano agarrándola.

-No. Cuando llegue el momento estoy seguro de que mataré como todos los demás. No puedo rendirme sin luchar. Pero desearía poder encontrar una forma de... de demostrarle al Capitolio que no le pertenezco, que soy algo más que una pieza de sus juegos.

Le miro a los ojos, no se si me entiende, pero desearía poder encontrar la forma de hacer eso, y si es haciendo lo que sea, pues que así sea, pero me gustaría tanto encontrar una forma de conseguirlo...

Le miro fijamente con pena, mientras el sol y las ganas de llorar por impotencia me molestan en la vista. Apoyo mis dos brazos sobre mis piernas cruzadas dejando caer mi peso sobre ellos y bajo la cabeza de nuevo.

-Es que no eres más que eso, ninguno lo sois. Así funcionan los juegos. -le vuelvo a mirar- Igual... te parece que no te eh entendido pero lo eh echo. Más o menos. -me giro hacia él aturdida y le agarro una mano- Peeta, estoy intentando entenderte pero me está costando. Lo miro todo desde otra perspectiva, no desde donde lo deberia mirar, desde que soy tu mentora. Entiende que lo vea todo desde mi posición de esposa. De tu mujer. Para mi soy más tu mujer, que tu mentora y lo es último que necesitas ahora. -le suelto la mano y miro de nuevo al frente-. Sin animo de ofender, pero... ¿A quien le importa?

-Te comprendo y por eso necesito tus consejos, desde tu parte de Mentora. Pero, entiéndeme, dentro de ese esquema tu sigues siendo tu y yo sigo siendo yo. -insisto-

Le miro a los ojos y le respondo a su pregunta.

-A mí. Quiero decir, ¿que otra podría preocuparme en estos momentos? -Le miro enfadado con mis penetrantes ojos azules, exigiéndole una respuesta. -Bueno, a parte de nuestros hijos, claro.

Le miro de nuevo a los ojos, buscando una respuesta, por que ahora mismo yo necesito los consejos de una mentora, he pasado tanto tiempo esperándolos que quizás, ahora, sea el momento, para obtenerlos.

Siento el enfado en su tono de voz y en su forma de hablar mientras me mira fijamente a los ojos. Me tapo la cara frustrada y me ciño a hablar como lo único que debo ser en este momento. Su mentora.

-Preocúpate por lo que te dijo Haymitch -respondo alcanzando su tono de voz en el enfado y haciendo una pausa para coger aire y relajarme mientras me alejo de él de un paso-. Por seguir vivo. -le miro esbozar una sonrisa triste y burlona mientras devuelvo ese paso para acercarme a él de nuevo-.

Me levanto para acercarme a ella y relajo mi timbre de voz, le miro a los ojos mientras mi vista se gira hacia las calles para volver a sus ojos nuevamente.

-Gracias por el consejo, preciosa. -Uso ese tono de voz que le oí a Haymitch en el Distrito 12 un par de veces-

-¿Sabes? Necesitaba esto, llevo pensando en estas cosas durante los entrenamientos y nunca encontraba el momento para hablarlo contigo. Siento si he sonado un poco, raro. Es que todo esto me estaba carcomiendo la cabeza. Me siento orgulloso de tenerte como Mentora, amiga, esposa, madre. -Le abrazo y le beso en la mejilla-

VIENE DE LA HABITACIÓN DE CASHMERE

Atravesamos el piso uno, hasta llegar al jardín, donde la última vez se convirtió en una zona de reunión Mentor-Tributo, llegamos riendo y cuando entramos me paro un segundo a observarlo y luego nos sentamos al lado de unas flores que hay en un invernadero en el centro del mismo.

-Aún recuerdo la otra noche, me fue bien la charla. -Me giro y la beso corto en los labios y nos sonreímos-

-Y a mi... -le sonrio y nos besamos-. Necesitaba soltarte cosas que se que como mentora debía decirte. -río y le acaricio el pelo mientras miro sus preciosos y perfectos ojos azules-. Pero bueno... ya sabemos que debemos hacerlo y que los dos nos quedamos a gusto -río-. A si que.. lo podíamos hablar más veces sin miedo. -le sonrio entrecerrando un ojo por el sol y apoyando mi cabeza en mi hombro-.

-Lo se, es que yo tampoco sabia como decírtelo, realmente me costaba hablar de eso, no se... no queria... preocuparte, aún sabiendo que eres mi mentora y que es contigo que debo hablar de estas cosas. -Le sonrío y le vuelvo a besar, mientras apoya la cabeza en mi hombro- Lo se, supongo, que... bueno, tras las puntuaciones volveremos a hablar, -río mientras le acaricio su sedoso y precioso pelo rubio- además, me gustaría que -bajo la voz hasta convertirla en un susurro- el día antes, saliéramos aquí y pasáramos la noche en el jardín, con cena y buenos sacos de dormir o mantas, como un Picnic con acampada.

Le miro y le acaricio la cara, y le beso de nuevo en los labios. Me agacho al ver un diente de león en el suelo, en la tierra y lo cojo, se lo coloco en su oreja derecha y le nos sonreímos.

Le escucho atenta mientras bajo la cabeza al hablar de que, practicamente en poco tiempo, se tendrá que ir... a aquel terrible lugar. Le finjo una sonrisa cuando me susurra que quiere pasar la noche aquí el día antes, me hace ilusión, por supuesto que si, pero no se me va de la cabeza que al día siguiente... Se iría.

-Que buena idea mi amor, me encantaría. -le sigo fingiendo una sonrisa y me acerco a él todo lo que puedo, le agarro el cuello con suavidad y le beso lentamente como si fuese la última vez que lo voy a hacer mientras intento retener mis lágrimas por lo que estaba pensando antes.

Sonrío al ponerme el diente de león en el pelo y me muerdo el labio inferior mientras le miro fijamente.

-Te amo mucho sabes? Muchísmo -le susurro suavemente al oído y me abrazo a él con fuerza-.

Le sigo el abrazo mientras le seco las lágrimas que resbalan por su preciosa cara, todo esto es demasiado duro, pero cuanto antes lo aceptemos, más fácil para todos será, y más fácil será acabar con todo esto donde nos ha llevado nuestro amor.

-Ey, por favor, no me llores que acabare llorando yo, ¿vale? -Le limpio las lágrimas y nos separo un poco y le miro a los ojos- Cabeza alta y sonrisita.

Solo por pensar que poco tiempo me queda para pasar con mi mujer, es algo que me desgarra por dentro, por eso quiero pasar el máximo tiempo posible con ella, mientras, por lo menos, nos quede tiempo.

La abrazo de nuevo con más fuerza, mientras le beso con delicadeza los labios, y le acaricio su pelo.

-Yo también te amo muchísimo, nadie tiene idea de lo mucho que te amo. -Le beso mientras la abrazo más fuerte-

-Está bien.. -le sonrío y le abrazo con fuerza escondiendo mi cara en su cuello ahogando lágrimas ahí-.

Le beso apasionadamente mientras acaricio su fino y hermoso pelo con una mano y su cuello suavemente con la otra-. No, nadie lo tiene. Te amo demasiado, mi vida. -Le beso de nuevo lentamente haciendo que se detenga el tiempo y la abrazo con ternura mientras le cojo la mano entre las mias-.

Se que no debo sentirme así con él y menos ahora, pero no puedo evitarlo. Apoyo mi cabeza en su hombro y le doy un beso en el cuello mientras le acaricio la mano que tengo entrelazada con la mía.

-Escúchame, sabes que saldré de ahí por que lucho por vosotros y por los niños como los que he visto aquí, los niños como mi hermano Taylor, Prim... por ellos, por que algún día no tengan que pasar por esto. -Le agarro por la nuca mientras le dejo que entierre la cabeza en mi cuello-

Después separa la cara y durante un tiempo nos besamos apasionadamente mientras le abrazo yo también con ternura y firmeza y entrelazamos una de nuestras manos.

-Se que luchas por ser mi mujer y mi mentora, pero por favor, has de ser fuerte, tanto como mi mujer como mi mentora, entiéndelo, no podemos mostrarnos débiles, no ahora, no ahora que estamos tan cerca del principio del fin de todo el Capitolio.

Le sonrío mientras me besa el cuello y luego agacho mi cabeza para besarle en la frente y en el pelo. Mientras sostengo con fuerza su mano entrelazada con la mía.

Me emociono con sus palabras y le asiento a todo lo que me dice. Le sigo el apasionado beso con dulzura con nuestras manos entrelazadas.

-Lo se amore, gracias. -Le sigo el abrazo con fuerza y le beso de nuevo. Me apoyo en su hombro cuando siento una vibración en mi bolsillo. Será mi adorable cuñado, totalmente segura. Me separo un poco de Peeta y saco mi móvil del bolsillo. Como no.. es él.

''Cuñada, vamos a casa y recogemos el dinero, nos vemos en el Capitolio dentro de nada, vamos para alla, te quiero, un beso.''

Sonrío y le respondo

''Vale cuñado. Vamos bajando. Nos vemos allí. Un beso. Te quiero''

Se lo envío y lo guardo en mi bolsillo de nuevo. Miro a Peeta sonriente y le beso apasionadamente mientras acaricio su cuello.

-Cariño, tengo que bajar al despacho... -pongo cara de desgana- Me acompañas y me haces compañía? -le doy besos en el cuello mientras río-.

Le veo y reir con los besos y me asiente con la cabeza. Nos cogemos de la mano y bajamos.

SEGUIMOS EN EL DESPACHO DE CASHMERE MELLARK CLEAVER

VIENEN DE LA HABITACIÓN DE CASHMERE

Llegamos al jardín entre besos y risas. Entramos y cerramos la puerta como siempre. Nos sentamos en una parte del jardín entre flores donde a simple vista no se nos ve, pero nosotros vemos todo desde ahí. Ponemos la tarta entre los dos y la vamos tomando entre juegos y risas, dandonos el uno a otro mientras nos besamos y pasamos un estupendo rato juntos.

-Me encantan estos momentos contigo, mi vida. -me acerco a él y le beso suavemente-. Te amo -le susurro-.

-A mi también me encantan estos momentos, son tan necesarios, al menos para mi, los necesito tanto, que no podría dejar de amarte.

Tomo un poco de tarta y se lo doy, ensuciándole la mejilla derecha.

-Uy... perdona, se me ha escapado la tarta.

Me acerco a ella y le limpio la mejilla mediante besos y risas, luego acerco mis labios a los suyos y antes de besarle, justo cuando estamos a milímetros el uno del otro, le susurro.

-¿Sabes? No podría amaros tanto si no fuera infinito el cielo. -La beso y acaricio su tripa-Os amo a los tres. -La vuelvo a besar-

-Para mi también lo son. Y yo tampoco podría dejar de hacerlo porque... ¿como era? -sonrío- no podría dejar de amarte porque mi corazón no me dejaría. -le digo acercandome a él para al terminar besarle dulcemente-.

Reimos y jugamos mientras tomamos tarta y rio cuando me mancha y me limpia a besos

-Ya, ya... Que se te escapó -le digo riendo y le sigo el beso. Me emociono al escucharle a centímetros de mis labios y le beso apasionadamente-.

Nos sonreimos al separarnos y seguimos tomando tarta. Me acerco a él y me siento todo lo cerca de él que puedo. Cojo un poco de tarta con el dedo y se lo esparzo con delicadeza por los labios mientras le miro a los ojos fijamente riendo.

-Uy... perdona.. que torpe -le digo riendo mientras le beso de nuevo como antes haciendo parar el tiempo durante unos minutos. Al terminar hago lo mismo que el dejando nuestros labios a milímetros-. ¿sabes que te amo con toda mi alma verdad? No podría dejar de hacerlo nunca y si algún día lo hago será el día en el que mi corazón haya dejado de latir -nos acerco de nuevo fundiendonos en otro apasionado beso-.

Reimos mientras jugamos con la tarta y nos susurramos cosas bonitas, no querria que acabara nunca estos dias que nos quedan juntos por eso quiero disfrutarlos, como sea.

-Lo se y tu sabes que... te amo. ¿verdad? -me acerco y vuelvo a besarle apasionadamente durante varios minutos, casi cuando nos quedamos sin aire nos separamos y nos sonreimos-

Tomo un poco de nata de la tarta y le ensucio la puntita de la nariz.

-Uy... mira que hoy estoy torpe... y mucho. -le digo riendo- Espera que pienso limpiarlo. -le sonrio y me acerco lentamente a su cara, le beso en la nariz y le limpio toda esa nata que le he puesto, mientras le acaricio la nuca con mi mano limpia-

Al cabo de unos minutos nos separamos y tomamos algo mas de tarta, luego le acerco mas a mi y le susurro al oido.

-El cielo es azul y tus ojos esmeralda, te amo Cashmere tanto que no cabe en mi corazon. -Me acerco y le beso en las orejas-

-Lo se, amor. -le sonrio y nos besamos hasta quedarnos sin aire y reimos-.

Río cuando me mancha y me limpia la nariz

-Vaya torpes que somos eh... -le miro sonriente mientras cojo un un poco de tarta y le dibujo un corazón con ello en el cuelo-. Si si, muy topes -río y le beso suavemente en los labios, salgo de su boca en delicados besos y le continuo besando en el cuello mientras le quito los restos de tarta. Vuelvo a su boca y nos besamos de nuevo mientras reimos-.

Sonrío mientras le escucho y me estremezco con su beso

-¿Por qué me dices esas cosas? -río y le beso-. Cada vez que pienso que no te podría amar más de lo que ya lo hago ai vienes tu a enamorarme más de ti con frases como eso... Y entonces me doy cuenta de que no puedo llenar un cupo de amarte, porque el infinito es imposible de llenar... -nos miramos unos segundos y nos besamos de nuevo-.

-Te lo digo por que lo siento asi. Sabes? cuando estaba ahi arroba en el escenario me vinieron muchas imagenes a mi mente. Pero solo una cosa que me hace enamorarme mas qde lo que tu podrias imaginarte.

Le voy besando por sus brazos mientras subo hasta su cuello y acabo en sus labios como cada vez y la vuelvo a besar apasionadamente. Tomo un poco de fresa y le dibujo en su nuca un Diente de Leon....

-Uy... torpes torpes... espera que te lo limpio.

Reimos mientras le voy dando besos, en tandas rapidas y cortas hasta su nuca, y le limpio a besos.

-No voy a dejar de decirtelo y tu me emocionas con esas preciosas palabras... Te amo... y... Si los angeles fueran rubios ninguno podria pasarte delante por que mi amor solo es para uno de esos angeles rubios. Tu Cashmere. te amo.

-Vuelvo a besarle en loa labios apasionadamente-