La espera de mis.... aprendices

Tras desmayarme en el escenario de la cosecha, me subieron en una ambulancia y me trajeron hacia la estación, entramos por un acceso trasero y me desperté, lanzando injurias contra el Capitolio y de vez en cuando chillando e intentando aporrear a seres que sólo yo puedo ver. Cuando me encuentro con fuerzas me levanto de la camilla y salgo de la ambulancia, tambaleándome salgo de ella y camino por la estación con suma dificultad, hasta que cerca del andén, veo llegar el Tren que lleva cada año a mis tributos a la muerte de los Juegos del Hambre. Aunque por una vez, me gustaría que todo fuera diferente. Me encuentro aturdido y perdido entre mis pensamientros y el mono de la falta de licor transparente, llevo una petaca en el bolsillo interior de mi chaleco, pero prefiero guardarla para otro momento. Al cabo de una media hora veo llegar el coche de Effie, el elegante coche negro que suele traer a los tributos, mientras me siento en un bar y pido una bebida, alcohóloca por supuesto, veo bajar al chico y a la chica, por carácter me gusta más el chico, ella es demasiado terca y orgullosa, a pesar que lo que ha hecho hace tan solo unos minutos en la plaza del Pueblo ha sido de admirar, pero... el chico tiene algo que me llama la atención. Me quedo sentado y los observo.

-Veamos como son mis tributos este año, cuando se abra el tren podré saberlo. -Me digo-