Hunter's Return

Han pasado ya unas semanas desde mi fatídica visita al Distrito doce, lo he digamos.... "superado" gracias a mi familia y a los pequeños sobretodo, que me han dado energías para poder seguir adelante, si no fuera por ellos, no habría superado tan pronto lo de Katniss, le deje una nota a Gale en su casa, para vernos, hace demasiado tiempo que no veo ni a mi mejor amigo ni a mi padrino de bodas, le pedí que viniera a la Casa del Lago, voy cargado con mis armas, mi arco preciado moldeado con mis propias manos, con distintos grabados del Distrito 1 y 12, a los que añadí unos motivos del cuatro, cuando nos fuimos al Distrito tras el rescate, quiero saber que tal le va a mi amigo, después de salir de la arena conmigo, supongo que seguirá ayudando a ... Katniss. 

Voy andando por el bosque, mientras recuerdo lo que Kat me enseñó para ser sigiloso en estos territorios. Primero talón y luego la punta, siempre espalda estirada, tomo dos de mis flechas de plata del Carcaj y las cargo en mi arco, afino mis sentidos y preparo mi arma tensándola, se que voy acercándome a mi zona favorita de caza del Distrito, el lago. Donde solía cazar muchos mutos durante mis entrenamientos para la arena, el lugar no ha cambiado nada, me parece increíble estar de nuevo en el 12. 

En ese momento, veo unas liebres pasar por delante de mi , cargo el arco, y como siempre, disparo, las flechas se clavan en los ojos de las dos, sonrío y me acerco a ellas, las recojo y limpio la sangre de las puntas de las flechas, mientras, me preparo para seguir hasta la casa del lago. 

Llego tras un tiempo y me siento en el muellecito del lago.

Llevaba todo el día con Katniss. Bueno, a decir verdad desde que había llegado de nuevo al 12 no me había separado de ella. Me daba miedo que pudiera hacer algo y su pronta recuperación y la mejora que estaba teniendo me animaba a estar con ella para que fuera de nuevo mi Kat.

Pero aquella nota de Peeta me había animado a separarme de ella para verle. Habíamos quedado en la casa del lago, como hacia tiempo. Le había echado mucho en falta, no en vano era mi mejor amigo y yo había sido su padrino de bodas. Si, podía decir que le quería casi como a un hermano.

Nada más atravesar la verja recupere arco y carcaj. Íbamos a andar de cacería y me apetecía participar de manera activa. Me acerque despacio al lago. Habíamos quedado a medio día y aún quedaba un poco.

Mientras cazaba comprobé el estado de mis flechas. Hacia tiempo que no lo sacaba y tenía que las puntas se hubieran desafilado.

Al final llegué al lado. Y le vi. Cerca del muelle, con su arco. Ese arco que era tan especial.

-Peeta.- saludé moviendo la mano a modo de saludo. Llegue trotandillo a su lado y le si un abrazo. Si, le había echado de menos.

Solo hay una persona que consigue sobresaltarme más que la propia Katniss, por lo sigiloso que es, y ese es mi mejor amigo y padrino de bodas, Gale Hawthorne. Llevo unos minutos esperándole en el muelle del lago y cuando llega realmente, consigue sobresaltarme. Cuando oigo su voz y su trote final me levanto de un salto en el muellecito, lo he echado tantísimo de menos que no puedo evitarlo y suelto mis armas en el suelo para poder abrazarle como el se merece.

-¡Gale! Amigo mio, mi padrino de bodas. -Sigo abrazándole, hasta que me suelto y nos miramos por un momento- Hay que ver, el tiempo te ha tratado estupendamente... ¡no parece que hayan pasado dos años! Me hubiera gustado venir antes, pero.... bueno, entre que he sido papa y que me he mudado al cuatro tras el rescate no he tenido mucho tiempo. 

Saco sonriente el Sinsajo y me lo prendo, saco a su vez, dos más y se los tiendo en la mano. 

-¿Como llevas estos años Gale? habrán pasado muchas cosas estos dos años en el doce...

Me encantaba verle tan sonriente, tan...feliz de estar en casa. Es cierto que los acontecimientos en la arena y los sucesivos habían dejado una huella en todos nosotros pero era genial poder estar juntos de nuevo como si nada hubiera pasado, ni siquiera el tiempo.

-¿Que has sido papá? -me salió con voz chillona y no lo pude evitar. Sorprendente, Peeta padre. ¿Quien lo habría dicho? -Es una noticia genial, Peeta. Enhorabuena. -Y me permiti el lujo de darle dos golpes en la espalda.-Ya eres todo un hombre, joven panadero.-puse la voz del alcalde y después me eche a reír.

Cogí entonces lo que me daba. Un sinsajo. La seña de la rebelión. Estaban claras la intenciones de Peeta pero no entendía porque me daba dos.
-Supongo que no son para las dos solapas de mi camisa no? -me eche a reír sonoramente y guarde uno. El otro me lo puse en la camisa, como Peeta. Éramos rebeldes y todo el mundo lo sabía. ¿Cuál iba a ser la diferencia si llevaba el sinsajo? Bueno, podrían prenderme.

Y la pregunta del millón... Los había llevado mal, simplemente. No había podido aguantar mucho por la veta porque todo me recordaba la arena y lo vivido y no podía escapar al bosque porque me recordaba a Kat. Había sido duro volver a recrear cada noche en el mismo sueño, una y otra vez cada una de las muertes de la arena. Había sido duro recordar el rescate y había sido duro pensar que jamás volvería a ver a Katniss.
-Se han llevado.-menti. Mentí como un bellaco a mi mejor amigo, porque reconocer que había sufrido sólo nos traería sufrimiento a los dos.
-Tampoco te creas que ha pasado demasiado. Los niños aún siguen siendo niños y los adultos se levantan temerosos por si les han destrozado el Distrito y la casa. Así que sigue siendo todo bastante tedioso; como siempre fue.

-Si,  ya han nacido mis gemelos, se llaman Zach y Ellijah, pero estoy esperando otro... bueno otra...  estoy esperando una niña. -sonrío y profundizo el abrazo cuando me da los toques en la espalda- He echado de menos a mi mejor amigo y a mi padrino de bodas, -río cuando pones la voz del alcalde Undersee- por favor no me lo digas así, cuando iba a su casa a llevarle los dulces me daba hasta miedo que saliera el -rio- 

Veo como se prende el Sinsajo y sonrío.

-El otro se lo das a Katniss cuando esté lista y esté recuperada del todo, se que estas con ella y que le estas ayudando en todo. Más de lo que pude hacerlo yo. Estoy orgulloso de ti, Gale. -Compruebo tu cara por el Sinsajo, necesitas una explicación- Como sabes antes de irme al cuatro, estuve en el trece... -me subo la pernera del pantalón dejado la pierna ortopédica a la vista- Como sabes la perdí... y me la repusieron, allí, me dieron una cajita con Sinsajos, ahora... me gustaría que fuerais mis Sustitutos, los enanos, Zach, Ellijah, la niña, los hijos de mi hermano Josh y los de nuestro amigo Ron serán los siguientes en luchar y me gustaría que nos ayudarais. 

Me siento genial en el doce, no he olvidado nada de este Distrito, le oigo hablar y se que miente. 

-Yo he sufrido muchas pesadillas, durante un tiempo cada día eran pesadillas, pero lo peor es que... me ha dado por pintar... por pintar los Juegos.... -Le cojo del hombro y le miro a los ojos- Escúchame Gale, no hace falta que me cuentes las cosas pero no te preocupes estoy aqui para escuchar a mi mejor amigo, a mi padrino de bodas, te quiero casi como a un hermano. -Sonrío  más- 

Te escucho mientras me hablas del Distrito y cabeceo.


-Quizás a la gente del 12 se les debería recordar que hay un Sinsajo que lucha por sus ideales e ilusiones y por eso te doy esos Sinsajos. -Luego me suelto y rebusco en mi mochila de armas, saco un nuevo arco, hecho por mi y encordado por mi. Con gravados del Distrito Doce- Es para ti Gale, te lo hice yo.

Sonrío, daba gusto poder hablar con el así, desenfadado.
-Así que vas a por el tercero. Increíble Peeta. -ladeo la cabeza un momento- y encima tendrás a la princesa de la casa. ¿Sabéis ya como vais a llamarla?

Cuando hace referencia a Katniss... Bueno, digamos que me dolía que la mencionara el. Se que la quería como a una hermana pero los celos conllevan eso.
-Descuida, se lo daré en cuanto sea capaz de soportarlo. Esta muy recuperada pero aún la veo incapaz de asimilar de nuevo esa realidad. -pierdo la mirada en el bosque por un momento- Esta rebelión, esta consumiendo a todo el mundo. Y lo peor es el desconocimiento de cuando acabara. -lo digo sin pensar.

Me quede mirando su pierna, recordando de golpe todo lo que habíamos vivido en la arena. Recordando todo el sufrimiento y como era de esperar, mi cara fue incapaz de ocultar mis pensamientos. Fue mucho lo que vivimos y, como Peeta había dicho, las pesadillas eran lo único que de momento me quedaba de los juegos. Yo aún no había superado ese periodo; por eso aún evitaba dormir mucho.
-Peeta, te seré sincero. Aún no puedo dormir bien. -sólo dije eso, no añadí más porque sabía que lo entendería. -Gracias por estar aquí. Se te ha echado en falta.

Le escucho animado cuando habla de la rebelión, del 12 y del símbolo de la rebelión: El Sinsajo.
-Quizás tengas razón. -asiento para mi- Será un placer lucirlo. Y lo llevare con orgullo puedes contar con ello.

Miro con los ojos abiertos el arco.
-Pa...pa..¿para mi? Peeta es increíble.- Cojo el arco y lo analizo con detenimiento. Era fuerte y a la vez flexible. Parecía muy resistente y los decorados eran increíbles. Le abrace sin dudarlo. El regalo era mucho para mi. -Peeta me encanta.

Sonrio, mismo tiempo me sonrojo.

-Si... Se llamará Sophie, Sophie Mellark Cleaver y queremos tener un cuarto... llamarlo como yo... -Sonrio- Y tener a un Chico del Pan -río- en la familia, que no sea el papi. 

Te escucho hablar de Katniss, me doy cuenta que como yo, me tenias y sigues teniendome un poquito de celos, en ese momento llego a sonreír para el. 

-Me alegra saber que esta mejorando, aunque yo no puediera hacer mucho más por ella, me fuí muy triste por no poder hacer más, pero... mi familia también me necesitaba, al menos,... se que está en buenas manos... Tengo que serte sincero amigo mio, tuve celos de tí desde que eramos niños, bueno tuvimos... Josh y yo de ti, por lo bien que te llevabas con ella, si alguien puede devolvernos esa Katniss al Distrito 12, creeme ese eres tu. 

Bajo un segundo la cabeza cuando habla de la Rebelión.

-Por lo que sé el Presidente ha sido detenido, Alma Coin va a tomar el control del Capitolio, pero eso... no nos asegura el Fin de los Juegos, tienes razón que la Rebelion nos agota a todos, pero debemos continuar, por eso, he decidido traspasar el Símbolo del Sinsajo a mis hijos y a los demás como te he dicho....  Yo solo no puedo llevarla, y mi mujer no siempre podrá, con vosotros se que podremos. -Sonrio-

Te escucho con solo decir que no puedes dormir bien. 

-Te entiendo, a mi aunque lo haya superado aun me cuesta, hay dias que me siento observado. Queria venir, es mi hogar y la sangre llama a la sangre ¿no?  -Sonrio- Además te echaba de menos. 

-De nada por arco, lo talle yo, con mis manos de glaseador como el mío, pero este es más resistente y la cuerda es de triple tensado, espero que te sirva para cazar. -Sonrio-

Oirle hablar de familia me hace quedarme un rato pensativo. Ensimismado en si habría posibilidad con Kat de hacer eso y rechazarla al momento al darme cuenta de que Kat no está en condiciones para que yo le llene la cabeza de ideas sobre amor y familia, no ahora al menos. Agité la cabeza antes de volver con Peeta.

-Vaya... Si que te has tomado en serio lo de formar una familia. Me alegro mucho por ti. 

Al oírle hablar de Katniss no puedo evitar hacer una mueca.
-Peeta, ¿te importa si no hablamos de Kat? Es que necesito despejarme. Te seré sincero, está mal y me está costando hacerla reaccionar y necesito despejarme. Es duro...- "pero que vas a saber tu, que no estás con ella" completé en mi mente. No quería hacerle daño de esta manera. Él lo había intentado.

Esperaba de verdad que tuviera verdad con eso de que las cosas iban a cambiar, porque seguir viviendo en un mundo con Juegos no era lo que quería, y quizás así podría ayudar a Kat, demostrándole que se podía vencer a aquella pesadilla.
-¿Crees que acabará en algún momento? De verdad que me gusta participar de la Rebelión y ayudar en todo lo que esté en mi mano, pero también tengo que pensar en Kat ya que ahora me siento responsable de ella.-chasqué la lengua- Diablos, te pido no hablar de ella y soy el primero que la menciono.

Cojí el arco después de tu explicación y, sacando una flecha del carcaj, me atreví a probarlo. Era fuerte y me gustaba la resistencia que oponía, era perfecta. Lancé contra un conejo que saltó en ese momento para acercarse al lago y le atravesé el ojo en un disparo limpio.
-Es perfecto, gracias. Me encanta.

Al escucharle hablar de Katniss por como está no puedo dejar de soltar una lágrima solitaria por mis mejillas, era tan duro, haber perdido a la chica de la que estaba y estoy, por que no pensarlo así, por culpa de esa fatídica noche en el bosque por culpa de mi hermano mayor, que no podía evitar pensar de esta forma. 

-Yo es que.... -se me rompe la voz, e intento recomponerme, oigo los pasos de un conejo después de cazar el tuyo y saco uno de mis cuchillos y jugueteando lo lanzo al  conejo, ensartándolo justo en el cuello- Se que está mal... solo puedo decir eso y me siento demasiado responsable por como está... pero no.. yo nunca quise que pasara esto. -De nuevo una solitaria lágrima resbala por mi mejilla-

suspiro al mencionarla de nuevo. 

-Espero que esto acabe, cuanto antes, pero voy a ser sincero, como tu lo has sido. No puedo prometer que esto acabe ya, pero se nos ha ocurrido devolverle al Capitolio con su misma moneda, quizás te resulte sanguinario por ser yo... pero por una vez... Estaría de acuerdo en realizar unos Juegos con gente del Capitolio... que sepan lo que sufrimos los demás. -pongo mi mirada perdida- Quizás y solo quizás, si les demostramos por que estamos luchando, acabe más rápido.  -Te sonrío después decirlo- No te preocupes, lo creas o no lo creas, la tengo en mi memoria, por ser  mi amiga, y espero que algún día, podamos volver a serlo. 

Te veo probar el arco y me alegro que funcione. 

-No te lo he dicho pero el tensado es también mío. -Río- Me alegro que te haya gustado.

Lágrimas... ¿Porqué el panadero siempre lo arreglaba así todo? Me fastidiaba pensar que Kat quisiera a alguien así. Las lágrimas están bien, pero uno llora en soledad. No pude evitar hacer un mohín mientras pensaba eso. Y es que nunca había soportado esa parte del carácter de Peeta. Estaba ahí, parado... Solo lamentándose por no haber podido hacer algo o por haber provocado esa situación. Era padre de familia ¿porqué no se hacía fuerte? No lograba entenderlo. Giré la cabeza para no verle, o quizás solo para no darle una mala contestación. Sin embargo...

-Peeta, eres responsable de esta situación. Quisiste ayudar, lo sé. Pero lo cierto es que tu estás con tu familia viviendo feliz, mientras los demás nos desvivimos por recuperar a Katniss... Una Katniss que perdimos hace tiempo, casi al mismo tiempo que te perdimos a ti.-me paro un segundo, estaba siendo demasiado duro con el y estaba siendo consciente del daño que provocarían mis palabras. La noche en que perdimos a Kat, la noche en que Peeta casi muere fue un desastre para todos y ninguno de los dos volvió a ser igual desde aquello. 
-Peeta, lo siento. No debería haberte dedicado esas palabras. No es justo para ti, pero entiéndeme por favor.

Me alejé un par de pasos, consciente de lo que acababa de hacer... ¿Cómo podía ser tan ruin?

-Ya, ya se que soy responsable de esta situación y no queria que esto pasara, no queria, ni tan siquiera queria aceptar esto... jamás lo he querido -me quito el sinsajo y lo miro con rabia- Jamás me he sentido un líder, jamás. Y en la arena no supe ser un lider por que si lo hubiera sido no hubieramos tenido que llegar a estos extremos. 

Me levanto y cojo mi arco, para poder desahogar toda mi rabia contenida.

- ¿vienes a cazar? Y Gale... no vivo feliz, vivo con el miedo de que mis hijos tengan que ir a los juegos, tengo miedo y mis pesadillas son sobre perder a mi familia, yo quiero recuperar a esa Katniss, yo... te entiendo demasiado, es lo que todos queremos, aunque no querais creerlo yo quiero recuperarla.

Me acerco luego a el y le ofrezco una sonrisa y le toco el hombro. 

-Vamos no pasa nada.

No podía creer lo que Peeta acababa de decir, pero tenía razón. Todo Panem vivía con miedo por sus hijos y él no era menos. Su familia igual que la mía estaba en peligro y debía haber sido consciente de ello cuando hablé.

-¿Cazar? Bueno, si aun me aceptas como compañero iré encantado.-me agaché a recoger mis cosas y me encaminé hacia él, hacia el bosque.- Peeta, de verdad que lo siento. Tu también quieres a Kat y se que lo has pasado mal desde que ella te rechazó. No debería haberte hablado así. Pero la recuperaré, haré todo lo que esté en mi mano para hacerlo.

Nos adentramos en el bosque, sabedores de la zona. Llevábamos un rato paseando en silencio cuando un ciervo cruzo cerca de nosotros. Le hice un gesto a Peeta y le seguimos, hasta que se paró a comer algo de hierba fresca.

-No tienes por que disculparte de nada, puesto que no somos piezas para un juego aunque lo parezca. prometeme, prometeme que harás todo lo posible para recuperar a Kat... totalmente, es cierto que estoy destrozado, ese día en el bosque... mi corazón acabo hecho trizas, y solo una persona lo recuperó... lo he pasado mal desde entonces por ella... no se merece nada de esto. 

Te veo cojer las armas y sonrio.

-¿Por que no iba a quererte como compañero de caza? Ya no soy un ruidoso -rio un poco y nos adentramos en el bosque, pronto vemos el ciervo-

Gale me hace una señal y asiento, mientras le seguimos, saco algo de comida de la mochila, unas galletas glaseadas y te doy.

Sonreí al oirle, estaba bien que hubiera recuperado su felicidad. Es cierto que Katniss cuando entraba en el corazón era complicada de sacar, pero le había hecho daño y no se merecía aquello. De modo que haber empezado una vida nueva y una familia era lo mejor que le podía haber pasado a Peeta. 
Esos pensamientos me llevaron de nuevo a Kat. ¿Y si la solución estaba en formar una familia con ella? A lo mejor no ya, pero si en un tiempo cuando estuviera mejor. Quizás la responsabilidad de cuidar de alguien a parte de ella misma le hacía sentirse mejor. Suspiré, aún era pronto para aquello y lo sabía.

-Menos mal, porque recuerdo que eras un desastre por el bosque. De hecho espantabas a todas las presas.-bromeé con él. Peeta se había convertido en uno de los mejores cazadores de todo Panem y no dudaba de él. Era el compañero perfecto.
Acepté la galleta que me ofreció y sonreí al ver al ciervo pararse. Quería estrenar el arco nuevo, así saqué una flecha del carcaj con mucho cuidado  y silencio y me dispuse a apuntar.

La flecha salió disparada y con un leve siseo llegó hasta el ciervo que calló al suelo con un bramido estremecedor. Me giré hacia Peeta y le sonreí.

-Me gusta este arco.

Sonrío al oirle, es cierto que era demasiado ruidoso, aun recuerdo esa fatídica noche, habíamos salido a aprender a cazar, era demasiado ruidoso y se escapaban todas las presas, pero no tarde demasiado en pedir que me enseñaran a ser sigiloso, lo conseguí, al final lo conseguí pero como todo con mucho esfuerzo, tras siete meses de entrenamiento me he convertido en un cazador, me encantaba estar en el bosque y me encantaba cazar, me relajaba, y es algo que aprendí de ella. 

-Tienes razón, las espantaba todas, pero ahora ya... no lo hago. -bromee- Caramba, no has perdido tu temple y puntería con el arco. 

Me quedo un momento absorto en el bosque, mientras te escucho. 

-Me alegro, ya sabes que estas manos saben hacer algo más que cazar. -Sonrio-

Mientras te vi ir a por el ciervo me di cuenta de que algo andaba cerca de nosotros, te hice unas señas y te indique que no te movieras. Cuando de repente lo vi, afiné mis sentidos y vi un perro salvaje venir hacia a ti, saqué dos flechas de mi carcaj y las cargué, cuando respiré y en silencio y concentrado las disparé, salieron silbando hacia esa presa y las dos ensartaron directamente en sus ojos, el perro caía muerto a tus pies y me acerque.

-Suerte que lo ví. -Sonrio y te ayudo a cargar las presas-