Bosque del Distrito 11

Era un nublado día de septiembre en el Distrito 11 y como todavía no habían empezado las clases me fui al bosque a cantar un rato con los Sinsajos. Eras mis únicos amigos en mi hogar ya que en el colegio nadie me apreciaba por los tratos con el Capitolio y mis hermanos tenían sus propias amistades. En algunos momentos me sentia tan sola que lloraba durante varias horas sin parar pero, tenía que ser fuerte y tenía que disfrutar de los buenos ratos que podía pasar en le bosque junto a los animales.
Ese día había podido escaparme un rato de los campos de cultivo asi que, me dirigi hacia el bosque con un libro que se titulaba Oliver Twist, este era uno de los pocos libros antiguos que no habían sido prohibidos por el Capitolio, entonces me senté en mi viejo árbol caído pero, en cuanto abrí el libro, escuché un extraño ruido a mis espaldas.

Rose me habia pedido que viniera al once, estabamos preparando un plan por si las amenazas de su abuelo se  hacían realidad, y la verdad no quería irme fuera de Panem. Me avisó que conocía a gente en el once, y que nos ayudarían así que cogí la moto y me vine, llegué al bosque, este era el Distrito más pobre de todo Panem con el permiso del doce y la gente lo pasaba mal.

Me dijo que buscara a una niña, una niña llamada Rue, que nos ayudaría y que es su amiga.

Oí a los Sinsajos repetir una y otra vez cuatro simples notas y me traicionaron los movimientos de mi cuerpo, empecé a dejar de ser sigiloso escuchándolos y crují un par de ramas, al darme cuenta volví a ponerme en posición, pero... era tarde, habia alertado a una niña.

En cuanto escuché el extraño ruido me subí lo más rápido que pude a la rama mas alta de un árbol bastante poblado de hojas, debido a mi rápida huida, se me cayó el libro de Charles Dickens. Me escondí de tal manera, que yo no lo podía ver a él ni él a mi, por temor a que fuera un agente de paz. No me atrevía a pronunciar palabra ni a mover ni un solo músculo de mi cuerpo, notaba como el sudor me caía por la frente y como el corazón me latía de manera violenta debido al susto.
No sabía que hacer, si huir o enfrentarme a mis temores, después de todo no tenía nada que perder, escogí la segunda opción y me empece a asomar poco a poco primero le vi lo pies y vi que no llevaba un uniforme de agente de paz, por lo que me atreví a preguntar:
-¿Quién eres tú y qué haces aquí?-

Al oir caer el libró me sobresalté, no podía entender que estaba pasando, aquella  niña me desapareció de la vista parecía que se habia esfumado. Me agaché y miré el libro lo cogi entre mis manos y vi el título "Oliver Twist" le quité la tierra y lo limpié, cuando de repente oí una voz que me hablaba, levante la cabeza y a traves de los cristales de mis gafas de sol vi a un niña de un color oscuro de piel, mi mente fue a las explicaciones de Rose, tenia que ser ella.


-Hola, no tengas miedo, me llamo Josh Mellark Snow, vengo del distrito cuatro, y estoy buscando a una niña, Rue.

Dije mientras sonreía a esa niña.
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Después de las palabras del desconocido, decido asomarme pero com precaucion, entonces le digo:
-Yo soy Rue, encantada Josh- Le digo devolviendo la sonrisa pero desde el árbol.-Tu cara me resulta familiar...- Me quedo pensativa unos pocos segundos y enseguida me acuerdo de que me estaba buscando.
-¿Qué deseas de mí?-

-¿Eres Rue? Soy el marido de Rose, Rose Snow, me dijo que erais amigas. -Dije sonriendo-

Levante el libro para que lo vieras.

-Tengo tu libro, tranquila no voy a hacerte nada, soy profesional pero no mato por gusto, no me gusta matar por matar, anda baja, soy un amigo. 

Cuando oigo que te sueno suspiro.

-Puede que te suene por Peeta Mellark, el chico que fue a los ultimos Juegos, el Sinsajo. Es mi gemelo. -Dije sonriendo- Me dijo Rose, que podrías ayudarme para buscar una cosa en el Distrito.

En cuanto escucho las palabras "marido de Rose" bajo tan rápido como me permite mi cuerpo y me hacerco a Josh:
-Muchas gracias por recogerlo-Cojí el libro- Y siento haber huido de esa manera, pero en este lugar nunca se sabe quién o qué puede aparecer. Ah! De eso me suenas tanto, asi que eres su gemelo-Dije con una sonrisa- Y por supuesto que puedo ayudar, por Rose y por tí lo que sea, pideme lo que necesites. Me alegro mucho de que hayas acudido a mí.

Sonreí cuando bajaste y te di el libro de nuevo.

-No tienes por que preocuparte, la verdad es que uno no se puede fiar de nadie.

Te invite a sentarte a mi lado, nos sentamos a los pies del árbol y me quito las gafas de sol, cerrándolas las puse en el bolsillo de mi camisa.

-Verás... hay muchas cosas y no se por donde empezar pero voy a ir resumiendote un poco.

Suspiré fuerte, por que es duro todo esto.

-Mira, tenemos problemas con el abuelo de Rose, ya te he dicho que es mi mujer y ... bueno, a mi me secuestró cuando tenia cinco años, me inyectó veneno en el cerebro... a Rose... le hizo lo mismo y la mandó a la arena para acabar con mi hermano puesto que yo le fallé.... pero poco esperabamos que un hijo nuestro pudiera ayudarnos... Hace ocho años se presento en casa... y amenazó con llevarse a nuestro primogénito al Capitolio, para que fuera su sucesor... El niño es importante... podría... curar a Rose y a mi.

Me rasque la cabeza, era mucha información para ella.... pero jamas podía parar.

-Queremos esconderlo, pero tenemos que separarnos. Necesitamos tu ayuda

Me senté a su lado después de la invitación entonces, empezó a explicar el porque me necesitaba. Era demasiada información recibida en tan poco tiempo, me alegraba mucho de que hubiese sido sincero, pero no sabía como reaccionar...
Estaba totalmente dispuesta ayudarlos pero antes tenía que procesar la información, me tire unos pocos minutos pensando entonces decidí hablar:
-Haré todo lo que este en mi mano para ayudaros a vosotros y a vuestro pequeño pero, ahora mismo no se me ocurre como-

-Tenemos la intencion de separarnos en grupos... Rose me ha insinuado que quizás en el once podría haber una casita que no levante sospechas, me dijo que quizás sabias de alguna en el Distrito.

Suspire y le mire a los ojos.

-Lo siento, te he dado demasiada información de golpe. -Baje la cabeza- A veces la gente cree que soy un monstruo por tener veneno de Rastrevíspula en mi cerebro.

Me metí la mano en el bolsillo y saqué mi sinsajo.

-Esto es lo que más problemas ha traido, y el país necesita un símbolo para todos... para su libertad.

Observo el símbolo de la Rebelión mientras digo:
-No preocupes, no eres un monstruo- levanto la mira y te abrazo-tranquilo, todo saldrá bien. Conozco una casa que hasta hace poco estaba habitada pero, nadie parece haber notado la desaparición de sus ocupantes. Si lo deseas te la muestro de inmediato, esta un poco lejos pero esta muy bien camuflada entre cientos de chabolas- dije finalmente mientras miraba a Josh con preocupación.

Te respondo el abrazo, mientras sonrío un poco.

-Pues si, me gustaría que me la enseñaras, la verdad es que estoy compartiendo esta carga con mi hermano, parece ser que a mi la gente me escucharía si le pasara algo... Así que vamos a ver esa casa, a a ver si para Peeta y su familia les sirve. -sonrio y me acabo prendiendo mi Sinsajo- Si quieres podemos ir ahora mismo, al menos conoceré algo del once.

Sonrio luego y te ayudo a levantarte.