Espadas y cuchillos

Clove para el Distrito 2.

Clove para el Distrito 2.

Tyrone había hablado conmigo hace un par de horas, lo cierto es que quería que ayudara a su hija entrenando. La idea me pareció buena, aunque no lo divulgaba por todo el distrito, estaba consciente que la tal Clove era muy buena... ademas la idea de irritar aun mas su malhumorado carácter me resultaba de lo mas apetecible. A ser sincero, cosa que nunca se me daba bien, eso era lo que mas me gusta de todo..

Termino de colocarme el traje de entrenamiento y salgo en dirección a la sala, donde ya están la pequeña obstinada y su padre. Salgo con una sonrisa triunfante, como siempre, al ver como se ha puesto ante lo que le ha dicho. Por supuesto la idea no le ha gustado en lo absoluto, por lo que a mi me gustaba cada vez mas...

Sigo sus pasos hacía la sala de armas en busca de mis favoritas: Espada. Cojo una de las mejores, esa que suelo usar en cada uno de mis entrenamientos, la pequeña obstinada ya ha cogido las suyas y ha salido con cara de amargura sin decir una palabra.

Esto si que estará bueno - pienso y vuelvo a la sala.

Observo como hace los ejercicios de calentamiento, me ubico al otro extremo y hago lo mismo. Comenzando con cabeza, brazos, piernas y por ultimo pies..

Busco mi arma que he colocado sobre una mesa de hierro y mientras camino hacía Clove, quien pretende ignorarme, paso una mano por mi cabello y la miro de reojo..

- Hora de comenzar el entrenamiento. Ya calentaste lo suficiente.

Clove para el Distrito 2.

Recuerdo aquel momento, donde uno de sus cuchillos apenas dio un roce a mi brazo, desde aquel momento jure a mi mismo descobrarmela algún día. Me temo que ese "día" ha llegado..

Me pongo en posición con mi espada en mano, la verdad no me importa si alguno de los dos resulta herido, porque la verdad, estoy seguro que será ella quien saldrá perjudicada.

Me mantengo quieto, en posición de ataque pero a la espera de algún movimiento de su parte. Me mira desafiante y eso me produce una exquisita excitación.. me encanta el desafió, no le temo a nada y resultar victorioso es mi parte favorita. Y entonces cuando esta a punto de dar un paso al frente escucho la voz de su padre a mi espalda que la hace detener en seco..

- ¿Que cojones estáis haciendo? - su voz es de líder, se acerca rápidamente a Clove y arrebata de sus manos los cuchillos.

- Nada importante - me adelanto a decir - solo probaba a su hija, - sonrío y miro a la chica de reojo, suspicaz.. - debo admitir que es bastante arriesgada.

Clove para el Distrito 2.

Clove para el Distrito 2.

Había decidido quedarme a solas, tenia demasiado por hacer, demasiado que pensar y sobretodo demasiado que entrenar.

Si, mañana era el gran día, ese que desde siempre he estado esperando, con el que había soñado desde hace muchos años. Luego de tanto entrenamiento, tiempo, esfuerzo y dedicación, el momento estaba a punto de llegar.. y obviamente estaba preparado al máximo, pero siempre me he exigido mas alla de lo posible, y entrenar por unas horas mas me venia genial..

Así que decidí tomarme unas pocas horas de mas, practique con mi arma preferida, la espada.. hice el entrenamiento común multiplicado por 3, hasta tal punto que por la noche, el padre de la niña poco expresiva apareció y me exigio una pausa..

- Hora de descansar Cato..

- Estoy bien - en uno de mis mejores movimientos corto otro de los sacos de arena del salón..

- Mañana es un gran día muchacho, ve a descansar... ya entrenaste lo suficiente.

- Nunca es suficiente - respondo un poco irritado. No me gusta que me molesten ni digan que tengo que hacer. Por eso no hay nada mejor que estar solo, sin fastidios..

- Vale, - dice como vencido - buenas noches Cato - se despide y sale por la misma puerta donde entro..

- Buenas noches - alcanzo a decir pero no se si me ha escuchado.

Vuelvo a quedarme a solas. Centro mi mente en lo que hacía hace unos segundos y con otros movimientos me deshago de los ultimos sacos de arenas..