Taylor y Prim

Me despierto de golpe y lo primero que pienso es si Peeta y Prim están bien. Soñé que estaba en la panadería y mi madre estaba pegando a todos mis seres queridos. En especial a Peeta y a Prim. Me levanto lo más rápido que puedo, pero una manta se enrolla a mis pies y casi me caigo. Me quito la manta y voy hacia Prim, quien todavía sigue dormida. Con el máximo cuidado la miro la cara y mos brazos. En mi pesadilla estaba ensangrentada y con una profunda herida en el pómulo. Pero nada, sigue teniendo esa piel que es tan blanca como la leche.
Se mueve un poco y se despierta.
-¿Katniss?- pregunta sin abrir los ojos.
-Se fue con Peeta y Cato. Sigue durmiendo.- digo en voz baja.
-No, que seguro que ya es muy tarde.- abre los ojos poco a poco y entre sus pestañas se ven sus ojos azules que parecen el cielo.

Hoy soñé con cosas bonitas. Katniss y yo estábamos en casa comiendo restos de ardilla. Ella me hacia trenzas con el pelo y yo a ella. También estaban papá y mamá cantando y haciendo un estofado. Luego vino Taylor con Peeta y jugamos con Buttercup. Fue precioso.
Escucho unos pasos que me despiertan, pero no me muevo. Unas manos cálidas recorren mis brazos y mi cara con delicadeza.
-¿Katniss?
-Se fue con Peeta y Cato. Sigue durmiendo.- susurra Taylor.
-No, que seguro que ya es muy tarde.- respondo lo más despejada que puedo. Abro los ojos despacio, para que la luz no me haga daño. Taylor está delante de mí, tan perfecto. Me levanto y le abrazo. No sé por qué lo hago, tal vez porque él hace que me sienta feliz y segura.