Las Cosechas

Cheryl acababa de salir de su casa acompañado de su hermano, el cual la agarraba fuertemente de la mano. Llevaba un cigarrillo en la otra mano, al cual le iba dando caladas continuamente para acabarlo antes de llegar a la Plaza. Le sudaban las manos y su hermano no dejaba de temblar. No querían ni imaginarse qué pasaría si alguno de los dos salía elegido. Cuando la rubia acabó con su cigarro, tiró la chusta al suelo y la aplastó con una de sus pesadas botas y después se puso de cuclillas frente a su hermano, el cual era bastante más bajito que ella. Le miró a los ojos y le puso una mano en la mejilla.

-Lucky, no te preocupes. Todo saldrá bien. Este año no he pedido tanta comida como para salir elegida.. El año pasado me salvé, y este no será distinto.

Decía Cher, tomando un tono de consuelo en su voz, aunque realmente no estaba logrando tranquilizar a su hermano. Él sabía que ese año habían pedido mucha comida, que había muchas más posibilidades de que saliera elegida. Se le escapó una lágrima, quería demasiado a su hermana. Ella le propinó un abrazo, manteniendo ese semblante serio tan característico de ella. De nuevo, volvió a decir algo, esta vez susurrando.

-Si te eligen a ti, me ofreceré de voluntaria para las chicas, así no tendrás que estar solo, ¿de acuerdo?

Obviamente era una pregunta retórica, pues la rubia se irguió inmediatamente después de volver a hablarle a su hermano. Le volvió a coger la mano a éste y continuaron su camino. Al llegar a la Plaza, ambos se pusieron al fondo de la multitud, como si pensaran que, si no les veían, no saldrían elegidos. De repente Land comienza a hablar. Cher no le quita el oído a cada palabra que dice. Estaba a punto de agacharse frente a su hermano para decirle otras palabras de consuelo, cuando sus oídos escucharon pronunciar, alto y claro, su nombre. Cheryl N. Weedon. Jamás se había asustado tanto al escuchar su nombre. Tragó saliva, nerviosa, y miró a su hermano por encima del hombro, él la miraba confuso y atemorizado. Cheryl le soltó la mano y, antes de dirigirse junto al escenario, le dijo:

-Métete en casa y no salgas a menos que sea para pedir comida... Volveré, te lo prometo.