Tributos y Mentores

Después de una corta espera veo al tren llegar, me siento alentada y algo atemorizada aunque con todas las ganas de dar lo mejor y ganar para mis padres, para demostrales que no debían de haberme dado por perdida.

Al entrar Lindsey me empuja y dando saltitos elogia falsamente el vagon, las paredes son ed un oloroso cedro y el piso de lozetas verdosas. Parece un falso bosque, como el bosque en el que siempre he estado. Me quedo a un lado de la puerta mirando por la ventana mientras Johanna Mason, mi mentora entra con paso despectivo y no se molesta en mirarnos, solo se sienta en uno de los lujosos sillones de saten y mira distraída el vagon. Por fin me muevo mientras mi compañero de distrito ataca la comida sin decoro alguno obteniendo miradas de reproche por parte de Lindsey.


-Tributos. Nos habla a ambos. -Disfruten su estancia. Continua con esa odiosa voz que tiene. -Esta es una opotunidad de brillar y tratar de traer gloria a su distrito.

-Claro, gloria. Gloria y grandes traumas. Le interrumpe mi mentora en un tono despectivo. Después de eso se levanta y sale de la sala en la que estamos, yo voy tras de ella pero Lindsey me detiene.

-Creo que es mejor que la dejes un tiempo, ella no entiende lo que ha ganado. Con esto me siento en el lugar que Johanna desocupo y pienso en como es que puedo acercarme a ella si no piensa cooperar, o bien es demasiado pronto para hablar de ello.

Lindsey se esta empolvando la nariz y el otro chico sigue atiborrandose de pastelillos. Creo que es mejor que me quite este vestido verde hoja pero...


-Disculpa, ¿dondé esta mi compartimiento? Pregunto a nuestra acompañante.

-En la segunda puerta por la dereche. Responde sin dejar de empolvarse.


Camino por el vagon y llego a la puerta señalada.


CONTINUO EN EL COMPARTIMIENTO DE ARALIA REESE.