LA acampada de los colegas

VIENE DE LA CASA DE ANNA Y JOSH

Llegamos a la alambrada y comprobamos que no esta electrificada, la cruzamos y entramos en el linde del bosque.

-Bueno colega, a partir de aquí es a sobrevivir, a ver como lo haces, por que yo si se sobrevivir. -Le doy un golpe en el hombro y río-

-No te chulees tanto, que he venido mucho por el bosque, me encanta venir por aquí, ¡ya te lo he dicho antes! -Le doy en el abdomen y me río-

Nos adentramos más en el bosque mientras vamos charlando de nuestras cosas, esto será divertido, en el bosque siempre se puede uno contar historias, y se divierte, y más con un buen colega.

-Chaval que yo estuve cinco años rodeado de bosques. -río, le doy de nuevo una colleja y reímos- Vamos a ver que encontramos por aquí, a ver que caza tenemos por la zona, en el doce habia mucha caza.

-Bueno, bueno colega... no te pongas tantas flores -río, le devuelvo la colleja y reímos- Si vamos a ver que encontramos.

-Flores no. -Río- Es la verdad, los bosques en el 12 son muy frondosos hay árboles de distinta forma, clase y color. A veces echo de menos el más pobre de los distritos,... el Doce.

Se nos cruza un pavo y nos miramos, saco una de mis hachas y la lanzo hacia el pavo la cual queda ensartada en su pechuga izquierda, limpiamente.

-Ya tenemos un una pieza, -río y seguimos caminando-

Nos pasamos la tarde y la primera noche caminando por el bosque, la verdad es que quiero buscar un lugar especial.

-¿Sabes de algun sitio especial? Ya sabes para prepararle algo especial, romántico a Kynthia, para traerla al bosque a pasar un fin de semana los dos solos.

Río al conseguir el pavo

-Muy bien chavalote, no está mal -río y le doy palmaditas en la espalda-. buen trabajao.

Me quedo un rato pensativo y recuerdo un lugar. Bajo la cabeza triste y la vuelvo a subir rapidamente y sonrío.

-Eh.. si que lo hay -río para disimular un poco- Si que hay un lugar aquí.. Ven os gustará.

Le guío mientras le voy contando la historia.

-Mi.. mi exnovia Lissa.. bueno a ella la encantaba el bosque y.. una noche me guió hasta ese lugar. Bueno era precioso. Para mi gusto.. igual solo estaba enamorado y por eso me parecía bonito... -suelto una leve y seca risa-. Ahí esta... ¿Qué te parece?



-No lo conoce mucha gente... está bastante oculto. Cerca de ese lago hay unas escaleritas para bajar. Mira ven -le guio hacia las escaleras de piedra que conducen al lago y llegamos a una especie de cueva en forma de huevo que deja de vista el lago y los árboles, nada ni nadie más que lo que hay.-

-Aqui uno que sabe cazar. -Río-

Nos movemos mientras me cuenta la historia con Lissa, esa chica la conocia de vista, era una gran chica, pero no se que pasó con ellos y cortaron, nos adentramos en el bosque cuando giramos hacia los acantilados, el lugar es increible, de un gusto exquisito, cuando bajamos y veo la cueva me doy cuenta que es el lugar perfecto y que mi amigo Ronald, ha decidido compartirlo conmigo. Le abrazo.

-Este sitio es... perfecto, increible, me encanta. Hazme caso, tienes muy buen gusto, no estabas solo enamorado, es que tu eres así, y sabes reconocer las perfecciones de las personas y de los lugares.

Miro el sitio, es que por mas que lo miro es perfecto y no acabo de creerme que me lo haya enseñado, es perfecto, me encanta. Kynthia estará sorprendida al ver el lugar.

-Además el lago acaba de hacer este lugar, un lugar de ensueño. Gracias Ronald. -Río-

-No me agradezcas nada... para eso estamos los colegas no? -le sonrío un poco mientras me siento en una roca. Apoyo mis codos sobre mis rodillas y tapo mis ojos con mis manos.- Perdona... este sitio me trae muchos recuerdos. Aquí venía con Lissa... cada domingo practicamente. Igual recuerdas en algún momento escucharme decir: ''nuestro lugar ideal'' o cosas por el estilo. Le apodamos ese nombre a este lugar porque... aquí nos sentíamos seguros del mundo en el que vivimos. Sin que nadie nos vigilara y solos... ella y yo.. y nada ni nadie más...

Me levanto y me acerco al agua, me agacho y cojo un poco con mis manos provocando que mis ojos comiencen a derramar miles de lágrimas-. ¡Dios! -grito- ¿Por qué me la... quitaste de esa manera? -me acerco a la pared de las rocas y doy un puñetazo trás otro haciendome sangre y magulladuras mientras descargo toda la ira que llevo ahora mismo sobre mi-. Me apoyo sobre la pared, tapando mi cara con mi brazo y miro a Josh de repente-. A ti nunca te eh preguntado... ¿Tú sabes quien lo hizo? -me acerco a él y le miro con pena, más que nada porque no puedo cambiar mi estado de animo así como así, no ahora-. ¿Tú sabes quien fue el vil que se inventó que yo la había engañado con otra chica del distrito? -cierro mi puño con fuerza, demostrando mi impotencia al recordarlo-.

-Lo... recuerdo, recuerdo cuando lo decías, y se lo especial que es para tí, de verdad Ronald.

Estoy a punto de acercarme cuando comienza a golpear la pared de la cueva, y se gira hacia mi con el puño cerrado y sangrándole las manos, suelto mi mochila y preparo un antiséptico y unas vendas, no quiero verle así.

-Te diré la verdad, no, no lo se, no se quien fué quien te hizo eso, pero si un día me enterara, prometo, juro, que se lo haré pagar, con su vida, nadie hace eso a un amigo mío y menos a tí, te digo la verdad y se que lo sabes.

Me acerco, negando con la cabeza y le devuelvo la misma mirada, me da pena lo que acaba de hacer, pero me da más rabia que alguien le hiciera daño a mi amigo, contando una vil mentira.

-Por favor, ahora deja que te cure las heridas, estas sangrando, deja que te limpie y te venda las manos.

A regañadientes consigo que me deje, le limpio usando un antiséptico natural, mientras luego con algo de agua dulce del lago le limpio la sangre, acabo vendándole las manos.

-Confía en mí, si algun día se quien ha sido lo pagará, lo juro, haré cualquier cosa para que pague, lo juro. -Me siento a su lado y le abrazo con fuerza, jamás habia visto a Ronald así, bueno sí, el día que Lissa rompió con el por culpa de un.... imbecil del distrito- Y ahora, vamos animo, no te preocupes por eso, por que me tienes a tu lado, somos colegas y nada va a cambiar eso. -Le sigo abrazando y sonríendo-

-se que lo harás... -pierdo la mirada con alguna esporádica mueca de dolor mientras me cura. Estoy alterado, irritado, impotente, lo se ya que lo siento dentro de mi y porque me ha dado el tick de la pierna. No puedo parar de moverla. Cuando termina muevo los dedos y estiro y cierro la mano-. Gracias -me levanto y le devuelvo el abrazo-. Gracias por estar ahí tio.

Vuelvo a sentarme en la roca y a taparme de nuevo los ojos con mis manos. Ahogo mis lloros ahí, dejando derramar las lágrimas otra vez que ya no soportan más acumulandose dentro de mi. Sigo con el tick de la pierna. Menos mal que no le tengo cuando estoy de pie.

-La lloro cada día ¿sabes?, no quiso escucharme y eso me va matando por dentro poco a poco. Necesito... olvidarme de ella, porque me debilita a la hora de hacer cosas, porque mi cuerpo no aguanta seguir esperando a una persona que nunca va a volver. Oculto esto tras una sonrisa cada día. Todo el mundo se piensa que soy risueño, activo y alegre, y de echo lo soy y tu lo sabes, pero cuando pienso en ella, se me quitan las ganas, aunque sigo aparentandolo y... eso me va cansando por dentro. -vuelvo a desahogarme un minuto en mis manos y me levanto, cojo aire, y me seco las lágrimas con el antebrazo-. Cuando quieras nos podemos ir de aquí. -digo serio mientras cojo mis cosas-.

-Creeme, te entiendo mejor de lo que tu te crees, -me acerco los dedos a la boca y tiro de un trocito de piel, el verle así ha conseguido ponerme nervioso, no me gusta que esté así, y a mi me pasa esto por recordar ciertas cosas- No me des las gracias, estaré siempre ahí, a tu lado, para siempre, aunque tenga novia, aunque recupere a mi hermano, aunque sea tío, es igual, siempre me tendrás a tu lado, por que somos colegas. -Le vuelvo a abrazar más fuerte-

Pongo el resto de lo utilizado en la mochila y le miro a los ojos mientras caminamos.

-Está bien, vamos, no te preocupes, no te disculpes, te lo he dicho, somos colegas, siempre que necesites desahogarte hazlo conmigo, por favor, jamás te cierres, necesitas olvidarla, sabes bien que yo siempre voy a escucharte.

Me acerco a el y le veo secarse sus lágrimas con el antebrazo, y me acerco tras colgarme la mochila, le tomo la cara y le obligo a mirarme a los ojos, acabando de enjuagarle esas lagrimas con mis manos.

-Escuchame, tu eres risueño, activo, alegre, eres el mejor amigo que nadie pueda tener, y creeme todos necesitamos desahogarnos, mirame a mi, yo desahogo a mi hermano, a lo bestia, y el supongo que me desahoga a mi más tranquilamente, llorando o emocionandose, tu, desahogate, pero no vuelvas a hacerte daño a ti mismo, te ayudare a olvidarla. -me vuelvo a llevar las manos a la boca y me muerdo una de las uñas-

Entiendo perfectamente como se siente, puesto que a mí, si no fuera por que les tengo para desahogarme hubiera caido hace tiempo, me hubiera derrumbado, y por ellos no lo hice. Ni lo haré.

-De acuerdo, vamos, pero ¡eh! Alegra esa cara, quiero verte alegre, animado, por mí. Puedes hacerlo, vamos, que te voy a dejar atrás. -río-

-Gracias -me acerco a él y le abrazo fuerte-. Gracias se que puedo contar contigo y tu conmigo eh.. -suelto una pequeña risa y me froto los ojos, algo rojos e hinchados de llorar-.

Vamos caminando y voy centrado pensando en... no se muy bien en que... mi cabeza divaga sola. Al ir subiendo los escalones voy pasando mi mano por la pared de roca pegada a ellos. Viene a mi mente el primer día que me enseñó esto. Veníamos casi de vacío a pasar el día. Ella llevaba una camiseta blanca de tirantes, un pantalón corto verde militar y una especia de mezcla entre camisa y chaqueta tambien militar, junto con unas playeras blancas. Yo iba con un pantalón negro, una camiseta blanca de manga corta, una chaqueta negra y unas botas de montaña blancas. Ella llevaba una pequeña mochila con comida, agua, gominolas y una manta y yo la llevaba a ella a cuchus. Bajamos con cuidado y riendo por estas escaleras hasta llegar a la cueva de abajo. Dejamos la mochila ahí tirada y fuimos directamente al lago, vestidos, nos daba igual. Estuvimos jugando en el agua entre salpicaduras y besos. Al salir del agua la puse mi chaqueta, que si que me había quitado. Ella me abrazó y entrelazó mi mano con la suya mientras nos besábamos. Estuvimos así practicamente hasta que calló la noche. En un momento ella se levantó y cogió sonriente una piedra del suelo y rayó en la pared un corazón con una R y una L. Me acerqué a ella y la abrazaba mientras lo hacía. Volvimos de la mano a la cueva donde teníamos una pequeña hoguera para ver. Me tumbé en el suelo y ella se tumbó encima mío apoyando su cabeza en mi pecho. Nos tapé con la manta y ella me miró fijamente con esos preciosos ojos azul verdoso que tiene mientras me dijo ''para siempre, ¿lo prometes?'', yo la asentí y la dije ''te lo juro'', antes de darla un largo y profundo beso. Ella acariciaba mi brazo y yo su cabello negro hasta caer dormidos.

Despierto de mi trance y siento mis ojos llenos de lágrimas. Aparto mi mano de la pared y me restriego los ojos de nuevo y vuelvo a respirar profundamente con mi otra mano en mi estomágo.

-¡Que tío! -grito con una falsa sonrisa y haciendo notar que eh vuelto a llorar por el nudo que tenía en la garganta al gritar. Toso tratando de disimular-. ¿Como era? ¿que me dejabas atrás no? -río falsamente de nuevo y sigo andando hacia delante hasta llegar a la cima y volver al verdadero bosque-.

-¿Que te he dicho de las gracias? Que no me las des, que por eso estamos los amigos. -Le sigo risa viéndole los ojos rojos de llorar y un poco hinchados-

Subimos los escalones cuando de repente mi fragmentada memoria recupera uno de mis peores días en el Capitolio, durante mi secuestro.

Era la noche que me habian arrebatado de mi familia, de los brazos de mi hermano, esa noche me quedé casi afónico gritando, un niño de cinco años, arrebatado de su hermano, su hermano gemelo y de su familia, en plena noche.

Recuerdo esa maldita noche y recuerdo donde acabe, en el calabozo número 980 del ala oeste del Capitolio, en ella se producían los Secuestros, había un laboratorio donde extraen el veneno de rastrevíspula, y posteriormente lo introducen en la mente del retenido. A mi me introdujeron durante once meses ese maldito veneno, y me daban órdenes y más órdenes, las cuales no han surtido efecto, por que les engañe totalmente, no paraba de gritar, de llamar a mi hermano, lo echaba de menos y no podía no queria, olvidarle, hasta que ese rastrero Presidente se cansó, y paró aquella noche, me tuvieron toda la maldita noche, despierto, introduciendo esa basura de veneno en mi cerebro, tanto, que tuvieron que parar en un momento dado, por que mi corazón estaba a punto de detenerse, pero los engañé de nuevo, les hice creer que estaba muriendo, pero fuí más listo que ellos, me llevaron de nuevo al 980 y me encerraron ahí, junto a otras personas, junto a una chica del doce que tambien estaba retenida en ese sitio, Selene R. Sorna.

En ese momento oigo la regañina de Ronald que me devuelve a la realidad, ha vuelto a llorar, lo se, se que ha vuelto a llorar. Por que lo noto en su voz.

-Río y corro a su lado-

-Vamos tío, has vuelto a llorar, deja de pensar en ella, por favor,.... -mi voz me tiembla y mis ojos se empañan por el recuerdo de esa maldita noche- vamos, sigamos para el bosque a ver si encontramos un buen sitio.

-Si no te preocupes, solo a sido.. un recuerdo. -me seco la lagrimas y le sonrío. Le noto como en shock.- ¿estas bien? estás blanco... -le toco la cara y está helado-.

Le veo con desánimo y le hago parar en seco en el lugar donde nos encontramos. Abro mi mochila y rebusco por el fondo. Cojo la enorme bolsa de gominolas y la saco de la mochila. Miro a Josh que me mira con una ceja levantada y echo a reir.

-¿Qué? No puedo vivir sin gominolas, lo siento. -río y cojo una-. ¿Quieres? -levanto las cejas ritmicamente, cierro la mochila y me la pongo mientras cargo con las gominolas y le ofrezco la bolsa a Josh-. A mi me ayudan mucho cuando estoy... de bajón. Y que sepas que si antes le di un puñetazo a la pared más que por la rabia, que también, fue porque... estaba dando puñetazos a un corazón con las letras R y L que ella dibujo cuando vinimos aquí por primera vez... Con la mala suerte de que... están en una roca.. pero bueno -saco una leve sonrisa-. Seguro que te animan anda, coge

-Pues... es que... he tenido un recuerdo, uno de esos tantos que suelo tener, de cuando me secuestraron, me he visto, torturado, gritando, en un calabozo, lo recordare siempre el 980 junto a Selene R. Sorna, que estaba ahí, me he quedado helado, no podía articular palabra, ha sido como un.... Flashback. -Mi voz se rompe cuando noto su mano en mi cara-

Cuando le veo sacar la bolsa de gominolas estoy a punto de cogerle del cuello, sabe que me encantan y hasta ahora no se ha atrevido a sacarlas.

-Nada es que a mi me encantan ya lo sabes, -río y meto la mano en la bolsa- Claro que quiero a ti que te parece... -levanto una ceja y me río- Anda dame que me irán bien.

Vamos andando y tomamos gominolas los dos, están de muerte, deliciosas, increibles, de repente el azúcar de las mismas me llena de energía y me sube el animo.

-No te preocupes que lo entiendo, pero no quiero que vuelvas a hacerte daño a ti mismo, si quieres, podríamos borrarlo de alguna manera, pero mirate las manos. No quiero que vuelvas a hacerte más daño a ti mismo por eso, deja que si me entero de quien fue... deja que me encargue yo de el.

-Eh tranquilo vale? estoy aquí contigo. No pienses esas cosas.. o sino... me veré obligado a... quitarte la bolsa de gominolas y comermela yo solo delante de ti... -me encojo de hombros y río a carcajadas-.

Escucho atentamente que si se entera de quien fue, se lo dejase a él.

-Me pongo algo serio de nuevo- Será mejor que te lo deje si... porque... yo siempre cumplo mis promesas y de la misma manera que la juré un para siempre y lo cumplí, en aquella cueva, si me entero de quien fue que tenga por seguro que cumpliré mi promesa de matarlo. -pierdo la mirada de nuevo y a los pocos segundos sacudo la cabeza intentando no pensar y disfrutar del momento.

Río y cojo otra gominola y disfruto su sabor tan a fondo que me tropiezo con un palo hasta casi caerme, aunque recobro el equilibrio y me mantengo de pie. Escucho a Josh reirse y echo a reir yo también.

-Que vergüenza de verdad, a ver.. ¿Quién a dejado tirado ahí ese palo? Que se puede caer alguien hombre... -grito a la nada mientras cojo otra gominola. Miro a Josh y echamos a reir ambos mientras avanzamos-.

-Le abrazo por que estoy a punto de llorar y no quiero hacerlo-

-Vale, por tí, tío, por tí, es solo que a veces la mente me juega estas malas pasadas, ¡como me quites las gominolas te prometo que me las pagas! -Le grito y saca de mi una sincera carcajada-

Le escucho decir que lo matará ciertamente yo haré lo mismo.

-Yo tambien cumplo mis promesas y creeme cuando te digo, que lo mataré, pero quiero hacerlo yo, por que no quiero que tu te manches las manos de sangre, quiero hacerlo yo, nadie se mete con Ronald, nadie se mete con mi amigo y se queda tan ancho, me has oído ¡nadie!

Le tomo del brazo y lo detengo para cojer otra gominola, los dos reímos y al meter el la mano tropieza con un tronco y casi se cae.

-Ni que estuvieras borracho ¡tio! -río a carcajadas-

En ese momento veo una ardilla pasearse por un tronco y veo dos más que la siguen. Chisto a Ronald para que se detenga, tomo el tridente y lo lanzo al tronco ensartando a las tres ardillas en los ojos con cada una de las puntas.

Nos acercamos y tomo las presas.

-¿Ves? ya tenemos para cenar hoy. -Río a carcajadas mientras seguimos avanzando-

Río con él al escucharle gritarme. Me alegra haberle echo reir, aunque sea un poco.

-Bueno pues... si lo dos pensabamos hacer lo mismo, nos podemos ayudar no? -río y le doy codazos-.

Veo como coge las tres ardillas y le aplaudo riendo.

-¡Bravo! -río- mejor porque me moriría si no ceno... -me doy pequeños golpes en el abdomen y río-. ¡Ah! y no estoy borracho, es que joder, la gente va dejando las cosas por ahí tiradas y claro... luego pasa lo que pasa. Que va Ronald distraído comiendo gominolas y se cae.

-Prefiero hacerlo yo, no quiero que tus manos se manchen de sangre de un imbécil del distrito, -Le doy codazos y me río- Se tiene que notar que uno sabe cazar, y encima... las limpiare yo las ardillas y el pavo, -suspiro y encojo los hombros- siendo el carnicero debo hacerlo. -río a carcajadas-

Seguimos moviéndonos y me hace reir otra vez con el comentario del tronco.


-Es que estamos en el bosque y se dejan las cosas tiradas. -río- Dame otra gominola anda.

Meto la mano en la bolsa y cojo otra gominola, la saboreo y pasamos por unos frondosos árboles, mientras seguimos avanzando.

-Oye.... supongo que habras traido, nubecitas de esas para cocer al fuego, esta noche, mientras nos contamos historias y reímos, por que hoy toca acampada ¿eh? -Le doy unos toques en el abdomen y nos reímos-

-Bueno.. te dejaré a ti los bichos entonces. -digo haciendo referencia a ambos sentidos y río con los codazos-.

Sonrío acercandole la bolsa de gominolas y pongo cara de loco mientras empiezo a saltar y bailar. -claro que tengo nubes.. -río y ruedo los ojos-. ¿Por quien me tomas? -me acerco a él y le alboroto el pelo mientras tomo otra gominola-.

-Por supuesto, yo me encargo de todos estos bichos. De todos, tu tranquilo, -rio a carcajadas-

Lo veo saltar y bailar y ruedo los ojos, realmente se lo esta pasando en grande como yo.

-Me alegro, menos mal que has traido, por que no me habia acordado a traer las nubes, se me olvidó. Oye deberíamos buscar un lugar para acampar no? se hace tarde y vamos a pillar la noche, necesito luz para limpiar las presas. -Le digo tomando unas gominolas y revolviendole el pelo a el-

-Bueno... de los dulces me encargo yo siempre, no lo dudes... los traía ocultos por si me echabas la bronca -río a carcajadas y sigo comiendo gominolas-. Pues creo que se donde podíamos acampar. Sigueme.


Nos meto por el frondoso bosque y llegamos a una especie de llanura hierva en el suelo y con un hueco cóncavo creando como una pared de roca con musgo.

-¿Te parece aquí? -río y le lanzo una gominola-.

-Te echo más la bronca por no haberme dicho que los llevabas, -río a carcajadas y le cojo más gominolas- Venga te sigo quiero ver ese sitio.

Atravesamos el frondoso bosque y al llegar a una pequeña pradera, nos metemos en la pared de roca.

-Esto es perfecto. Me encanta este sitio. ¿Vas a por leña para hacer fuego?

Ronald se va a por leña mientras yo limpio las presas, las limpio, despellejo y las dejo listas para cocinar.

Pongo cara de vago y río. Me meto en el bosque y vuelvo enseguida a donde tenemos montado nuestro pequeños campamento con un buen montón de leña. La tiro frente a Josh y voy corriendo a donde la bolsa de gominolas.

-¡Mi amor ya estoy en casa! -abrazo la bolsa y saco dos gominolas mientras río-. ¿Asi vale o necesitamos mñas?

Le veo llegar cargado de leña, para poder cocer las presas y las nubes y no pasar frío esta noche.

-Vale amor mío, la cena esta a punto para que enciendas el fuego... -Le respondo riendo y le veo que va a cojer la bolsa de las gominolas, le doy un toque en la mano y cojo yo antes- Tranquilo fiera, tranquilo. -río- Si. Bastará, no te preocupes, ahora, demuestrame tus dotes para encender una hoguera. -Río-

ME levanto y rompo unas ramas, les hago punta y voy troceando la carne y la empalo.

-Vamos tío, ¡que lento eres, hasta para encender el fuego! -Rio-