Compartimento de Jessica Hart

Llego a mi compartimento y me tiro a la cama dejando mi largo cabello castaño esparcido sobre la manta azul. La lámpara crea una luz tenue y parpadeante que hace que mi habitación sea lúgubre. Me sale una lágrima del ojo izquierdo y empiezo a cantar; no lo había hecho desde unas horas antes de las cosechas. Esta canción no la había oído ni cantado nunca, la estoy componiendo ahora. Creo que con los últimos acontecimientos las letras de nuevas canciones crecerán de los árboles, pero me da lástima de que nadie pueda oírlas.

Acaricio la manta, está muy suave pero un poco vieja, creo que es porque es un compartimento del vagón del 11.

Tengo que hablar con Cato, es el que más confianza me da de la alianza, sobre las estrategias. Al principio, me daba miedo y no creía que se quisiera aliar conmigo, le veía con aires de superioridad y superficialidad, pero ahí certifico el dicho: Las apariencias engañan.

Yo no tengo mentor como los demás por lo que tendré que arreglármelas como sea. Me siento sobre la cama, me limpio las lágrimas que derramé hace unos minutos y me dispongo a dormir.

Me despierto con las sábanas removidas y sudando, he tenido una pesadilla. Se desarrollaba en la arena... y Suri me mataba. Corría por el bosque pero él me lanzaba cuchillos, uno de ellos me da en la pierna y caigo. Acto seguido, llega y me apuñala. No me gustaría que eso me pasase en la realidad, suerte que estoy aliada.

Me levanto y abro una ventana. Me doy cuenta de la velocidad a la que vamos y me pregunto por qué no me molesta y me puedo mover con facilidad.

Me acerco a la ducha y me quito el pijama. Descubro una gran cantidad de grifos por los que el agua cae y me da en todo el cuerpo a la vez. Le doy a botones intentando pararlo pero esto provoca que en vez de agua, salga champú, gel, y todo tipo de productos. Toco más botones con los ojos cerrados y consigo que salga agua.

Después de una ducha accidentada, apago el agua (no se como lo he hecho aún) y salgo de la ducha. Me seco y me visto con un vestido primaveral que encontré en el armario. Desenredo mi largo cabello castaño, sorprendentemente la mascarilla que salió disparada de la ducha me lo dejó muy suave y fácil de peinar, pero el champú me ha dejado un extraño olor a rosas, y no me inspira confianza.

Una vez preparada, me dispongo a ir al vagón comedor.