La casa del Lago

Recuerdo del primer mensaje :

VIENE DE: APRENDIENDO EL ARTE DE LAS TRAMPAS CATO, KATNISS Y PEETA

Camino por todo el bosque y me extraña no encontrarme rastros de mutos ni nada por el estilo, prefiero esperar aqui, no quiero estar con Cato al lado hasta que Katniss vuelva, ella sabrá donde estoy.

-Como siempre Peeta la lias vayas donde vayas.

-A , a sido una pesadilla, extraña.-le digo recordando

-Lo.. siento, -La iba abrazar por que eso son los que hacen los hermanos pero no me atrevo y vuelvo atras- Pues no te preocupes, a partir de ahora, yo vigilare tus pesadillas, por que... las mías son sobre perderte hermana.

-Pues no tienes que tener esas ojospesadillas por qué nadie me va a perder nunca-miro a los dos..

-Y yo no voy a permitir que eso pase, por que me importais demasiado los dos .

En ese momento me ruge el estómago, solo he tomado el preparado de Leche y huevo comienzo a estar demasiado debil para seguir sin comer nada...

-Tengo hambre, estoy famélico...

Miro las piezas que he cazado hoy.

-Vale comeremos pero antes hay que limpiar, despellejar y cocinar los animales.-digo con una sonrisa débil, todavía sigo estando mal.

-Puedo intentar... -Hago una mueca de dolor- Ayudar, al menos me sentiré útil... -Katniss me da una de las presas y me pongo a limpiarlas y despellejarlas- Gracias por dejarme hacer algo. -Sonrío- Llevo día y medio sin comer nada, no se como he podido aguantar tanto, quizás... no lo se.

-supongo que habrás sobrevivido gracias a la adrenalina -le digo mientras despellejo una ardilla.

-Supongo, pero no pensé llevar tanta acumulada. -Sonrío mientras le ayudo con otra presa- Vaya rapidez llevas para despellejar, me lleva más tiempo a mí, se nota que llevas toda una vida haciendo eso, hermana.

-Si...-me acuerdo de todos estos años que he estado cazando para que mi familia y yo hubiéramos suficiente comida para sobrevivir, me pregunto muestran haciendo ellas ahora.

-Y pensar que mi primera presa que despellejé fue un León en mi viaje de novios... creeme casi vomito. -río- Pero me está gustando esto de limpiar las presas, ¿Lo hago bien?

-Bueno si tuvieras un poco mas de cuidado y los despellejaras con menos fuerza no te llevarías tanta carne con la piel-le digo a Peeta

-Me tienes que enseñar, hermana, es que aprendi con una pieza grande, -me rio- Estas mejor?

-No mucho, pero mejor que antes si que estoy-me miro la pierna donde el muto me dio el mordisco y no tiene muy buen aspecto, seguro que dejara marca.

-Quizas debi venir enseguida y no esconderme tanto, hubiera llegado antes. -Miro y le pongo un poquito de musgo sobre la herida. - Esto te tendria que calmar la hinchazón. Le vendo la pierna para que no se ensucie.

-Gracias, asi esta mejor,creo que voy a intentar dormir un rato, así al menos no sentiré el dolor de la pierna.-le digo cansada y dolorida.

-Vale.

Le saco mi saco de dormir y se lo pongo de cojín, yo me levanto apoyandome en la chimenea y me siento en una mecedora, mientras la carne se hace.

-Dulces sueños. Te vigilo tus pesadillas. -Le digo-

Huelo la carne de ardilla cocida y me levanto dando saltitos, la cojo del fuego y me vuelvo a sentar en la mecedora, me voy comiendo la carne a trocitos, cuando me doy cuenta me la he comido casi toda.

-No he pensado en los demás, pero estoy muerto de hambre....

Llamo a la puerta tres veces y espero a que me abran.

Oigo como alguien toca a la puerta, los dos tortolitos se han quedado dormidos y soy el unico despierto.

-Genial, solo falta que sean problemas. -Digo-

ME levanto de la mecedora y voy dando saltitos a la pata coja y noto el dolor en el tobillo, pongo la mano en el picaporte y me sujeto en la pared con la otra mano, me da un pequeño mareo y abro la puerta.

-Hannah?

-Venga Peeta, déjame entrar. Hace frío fuera.- digo tiritando.

-Claro...-Me retiro y me mareo me apoyo en una mesa y voy a la pata coja hasta la mesa, esta ardilla no me ha bastado así que tomo algo más de comida- Lo siento, estoy famélico, ¿quieres comer algo? Soy un maleducado... llevo sin comer desde anoche.

Hannah se sienta ante la chimenea y yo me siento de nuevo en la mecedora. Ahogo un grito de dolor al apoyar sin querer el pie en la mecedora.

-No gracias. Ten unas fresas. -se las doy a la mano y le veo, está pálido.- ¿Peeta, te pasa algo?

-Gracias. -Le sonrío- Bueno estoy débil, desde ayer que pasó eso con Cato no habia comido, solo un preparado que me dijo tu primo que me tomara para aumentar la masa muscular, llevo desde anoche pasada sin comer sólido, y esta mañana bueno, intenté separarme de ellos y cuando he ido a cazar, no he podido, me he quedado sentado en el linde del bosque, me ha atacado un muto, casi no lo cuento, me he arrastrado por el suelo, no podia ni andar de débil que estaba, me he camuflado y bueno... me he abierto el tobillo. -Miro a Cato- El me ha puesto una pomada y me lo ha cosido, pero me esta doliendo.

Bajo la cabeza.

-No se si estoy debil del hambre o de no entrenar desde hace ya días. -Eso me pone nervioso-

-No creo que sea por el entrenamiento... Tal vez porque tu cuerpo está sometido a mucho entrenamiento y como ahora no entrenas tanto tu cuerpo lo extraña... ¿Me dejas ver la herida?

-Pues sera de hambre, supongo. Claro por favor mirame la herida. Gracias Hannah.

Ella se acerca y le levanto el tobillo, noto como me tira y me duele.