La Habitación de Peeta Mellark Cleaver

VIENE DE: EL PISO 1

Entramos en mi habitación y me acerco a la pared donde veo unos botones, y pulso uno de ellos, cierra la puerta y enciendo las luces. La habitación es enorme y tiene una alfombra color dorada en el suelo y las paredes repletas de piedras preciosas que con poca luz hace que resplandezca entera, saco la nota y se la entrego a Cai.

-Toma, esta es la nota que me mandó Coin.



-Tienes mucho que explicarme, ¿como sabes lo de la epidemia? -Le miro serio pero tierno-

Leo la nota y una lágrima sale de mis ojos. Ha pasado tanto tiempo desde la última noticia que recibo de ella...

-Peeta-Le digo secándome las lágrimas con la mano y mirándole a los ojos-. Prométeme que no se lo dirás a nadie-Él asiente. Me quedo unos segundos callada y empiezo a hablar-. Coin...-Vacilo un instante-... es mi madre.

Un ardor me recorre todo el cuerpo al decir eso. Las lágrimas vuelven.

La tomo de los hombros y la llevo a la mesa, nos sentamos en las sillas y le tomo de la mejilla, secando las lágrimas con mis dedos.

-¿Tu madre? Pero... no es posible. Entonces tu, deberías haber nacido cuando Alma no era más que una conciudadana del Capitolio, cuando no habían habido días oscuros, o durante los Días Oscuros, ¿estoy en lo cierto?

Le levanto la cara con mis manos con delicadeza y le obligo a mirarme a los ojos.

-No llores más, mírame y cuéntamelo todo, por favor. -Le abrazo para calmarla-

-Nací en medio de los días oscuros-Agacho la cabeza y sigo hablando-. Cuando tenía 15 años Coin...-me paro un segundo-... me abandonó-Miro a Peeta-. No me dijo nada, simplemente me dejó en la calle tirada, lejos de casa. Tuve que apañármelas como pude para vivir. Unos años más tarde me dieron trabajo como estilista, y cuando acabaron los días oscuros me atribuyeron ser estilista del distrito uno.

Me aparto el pelo de la cara y dejo ver mis pestañas doradas llenas de lágrimas.

Cuando me cuenta todo eso me viene a la cabeza mi hermano Josh, le capturaron, le secuestraron y le programaron para matarme y siento que... a ella podría haberle pasado lo mismo. Quizás su madre lo hizo para tener una persona infiltrada, quien sabe.

-Ven, tranquilízate por favor. No conozco a tu madre, pero si quiere salvarnos, quizás quiera lo mejor para nosotros. Te comprendo perfectamente, pero deja de llorar.

Le miro a sus preciosos ojos y decido seguir escuchándola.

-¿Me dijiste que había una epidemia en el Distrito 13, que sabes de ello, y que sabes del plan de tu... madre? Después cuando acabemos de hablar de esto quiero que hablemos de las entrevistas, necesito ayuda. -Sonrío y le coloco el pelo detrás de la oreja secándola las lagrimas con mis pulgares-

Aún se me hace raro hablar de Coin como mi "madre".

-Ella... no es tan buena como parece-Digo, mirando a Peeta. Nunca he hablado de esto con nadie-.Respeco a las epidemias...-Cambio de tema-... Sólo se que era un experimento... y salió mal.

Frunzo ligeramente el ceño.

-Allí la gente cree que es cosa del Capitolio y parece ser que es cosa de Coin.

Le miro de nuevo entiendo que esta incomoda.

-Bueno Cai, ¿puedes ayudarme con las entrevistas? ¿Como iré?

Peeta se da cuenta de que estoy incomoda y cambia de conversación.

-Sólo te diré que irás con fuego, igual que en el desfile-Sonrío-. Lo demás es una sorpresa.

-¿Entonces seguiremos con fuego? Me gusta la idea, de hecho tienes muy buenas ideas.

Es el momento de contarle mi plan el que no se si funcionara.

-Cai, una pregunta, ¿sabes que estoy esperando hijos con Cashmere?

Le miro a los ojos mientras espero su respuesta, me levanto y me cambio de ropa en el vestidor y me pongo una camisa roja y unos pantalones marrones y me siento ante ella de nuevo.

Me quedo embobada pensando en Coin, aunque sé que hemos cambiado de tema y que Peeta me ha hecho una pregunta.

-¿En serio? Enhorabuena-Le digo con voz suave-. Pero, ¿por qué lo dices?

-Gracias, Cai. -Sonrió- Espero poder verles vivo.

Suspiro y le miro a los ojos, tomando un panecillo azulado de la mesa.

-He pensado en jugarme dos bazas en las entrevistas. -Pongo la mirada perdida- Una, anunciar el embarazo de Cashmere, y dos, mentir, con la boda no realizada con Cashmere con el rito del Capitolio y del Distrito 1, realmente solo hemos hecho el rito del pan tostado.

Entristezco con el deseo de Peeta de ver a sus hijos algún día, pero me mantengo fuerte. No quiero que me vea triste, sé que entonces él lo hará también. Y tengo que darle una imagen positiva.

Me cuenta su plan y reacciono.

-Pero Peeta... sé como funciona el Capitolio-Le miro seriamente y me coloco el pelo tras la oreja (ha vuelto a caerse)-Y sé que si dices eso... podría pasarle algo a Cashmere.

Cuando me dice eso la verdad, me entristezco, pero intento disimular.

-Entonces, ¿que harías? Quiero ganarme a los patrocinadores, y la verdad, creía que sería una buena forma, mi intención era forman un motín en el Capitolio, la gente quizás se extrañaría, lo que menos deseo es que le pase algo a mi mujer, por que es lo que más quiero en este mundo, y a mis gemelos que van en el interior de su cuerpo, pero necesito ganarme a los patrocinadores, como sea. ¿Que me podrías aconsejar? En los entrenamientos creo que iré mostrándolo todo...

Cai me mira extrañada.

-Lo siento... es que casi no he tenido consejos... mi mentor solo me pide que sea sanguinario y yo no... no.. no puedo matar.

-Bueno... no te preocupes, estate tranquilo, yo vigilaré a Cashmere-Frunzo el ceño-. Creo que no deberías mostrar tus verdaderas habilidades en los entrenamientos, es mejor que les pille de sorpresa-Peeta me escucha atento con cara seria y sonrío-. Bueno.. no debería darte consejos, Gloss es tu mentor... pero yo supongo que si estuvieraa en tu lugar intentaría ser yo misma.

Me quedo pensando, no debería aconsejarle, ¿y si le pasa algo por mi culpa? Y le estoy cogiendo demasiado aprecio, no me gustaría que muriera, espero que esté vivo en el rescate.

-Lo se, es solo que le saco poco a Gloss, realmente solo he conseguido un... sabes que tienes que hacerlo, se frío y matarás por que es lo que debes hacer. Y no... no quiero, quiero demostrar que soy algo más que una pieza de sus estúpidos juegos.

Suspiro.

-Quiero ser yo mismo, nunca le haría daño a una mosca, claro.. que solo lo haría si alguien intentara matarme a mi o a cualquiera que estuviera conmigo.

Le cojo las manos y le miro a los ojos.

-Gracias por vigilar a mi mujer, Cai... te estoy cogiendo aprecio, para mi, eres mi amiga, ya, desde que me hiciste inolvidable.

Sé que no debo llorar, pero lo hago y lo abrazo.

-Tu ya eres inolvidable antes de conocerme, Peeta-Digo abrazada a él y con lágrimas en los ojos-. Yo sólo te he vestido.

-Oye, no le cuentes a nadie lo que te he dicho, ¿vale?-Le advierto ya agarrándole por los hombros-Es muy importante para mi. Ah, y por cierto, en la arena... no te fíes de nadie.

-Quizás fuera inolvidable ya, pero he cambiado demasiado y no quiero cambiar, quiero ser el que era, y no quiero ser como soy ahora. -Le mantengo el abrazo- No te preocupes, no se lo contaré a nadie, pero me gustaría saber algo más de ti, no se, me gustaría conocer más de ti, de mi amiga, de mi estilista.

Le mantengo el abrazo y de repente me oigo su comentario.

-Pero... ¿entonces que hago?, reúno la alianza y nos cubrimos los unos a los otros, o solo a quienes tenia previsto, por que deberemos estar juntos, todos los rebeldes.

-Sólo voy a decirte una cosa más, Peeta...-Le miro seria-. Odio a Coin.

--Pero... ¿entonces que hago?, reúno la alianza y nos cubrimos los unos a los otros, o solo a quienes tenia previsto, por que deberemos estar juntos, todos los rebeldes.-Dice Peeta. A lo mejor no debí decirle nada...

-Quería decir que sí, que estés con ellos, con los rebeldes, pero no te despistes Peeta.

-Te entiendo, -me pongo serio al hablar de esto-ahora puedes entender como me siento yo al saber que Snow me separó de mi hermano cuando eramos pequeños, a pesar de tener cuentas con ese tirano, no quiero, ni creo que por mucho que dijera y digo que quiero quitarlo de en medio, no sería capaz de matarlo, por que yo no soy capaz de dañar a nadie por gusto.

Me levanto y doy unos pasos por la habitación.

-No voy a despistarme Cai, nunca, no los voy a perder de vista, por que se que puede haber algo que no vea, pero espero que todo vaya bien. He de hablar con ellos en el centro de entrenamiento. Pero... ¿que hago? No se si decirles claro que nos van a sacar o solo decirles una parte, sin dejarlo claro. -Saco la caja con los brazaletes- Son para la alianza, deberíamos llevarlos en la entrevista?

Escucho a Peeta atentamente.

-Cuéntales lo que tú creas necesario, esto depende de ti-Miro los brazaletes-. Creo que deberíais llevarlos. Así estaréis unidos y daréis fuerzas a los distritos. Y enseñaréis a Snow que no os rendiréis.

Me levanto y me coloco el vestido. Me gustaría que el plan saliera bien.

-De acuerdo. -Le sonrío- no sabes lo mucho que necesitaba sincerarme con alguien, son tantas las cosas que tengo en mi cabeza que llega un momento que no se como contarlas. Les daré los brazaletes, les pediré que los lleven en las entrevistas, no en los entrenamientos, pero supongo que nos mantendremos unidos. Me da que en los desfiles ya ha visto Snow que los distritos me apoyan a mí, ¿has podido ver los trajes de Katniss y Gale? Llevaban finas llamas como las mías.

Desvío un momento la mirada y cojo el mando a distancia que hay en la mesa, al pulsar un botón la ventana cambia y muestra un faro y el mar, me viene a la mente Josh. Y unas lágrimas resbalan por la mejilla.

-Hice una promesa, una promesa que no se si podré cumplir, Cai, necesito un favor, necesito que hables con mi hermano, Josh, y le digas que estoy bien, le echo de menos y me gustaría que estuviera aquí conmigo, pero este año es mejor que no.

Peeta cambia la imagen de la ventana y aparece el mar. Llora y casi me hace hacerlo a mi.

-Tranquilo, se lo diré-Le abrazo en señal de consuelo.

-Le devuelvo el abrazo e intento mostrarme fuerte-

Lo siento, es que pensar en mi hermano me hace volver a mis raíces, y debería mostrarme fuerte, pero tengo tantos amigos en el cuatro que no puedo evitarlo.

El recuerdo de haber dejado a Jason a Finnick, a Annie y a Selene me mantiene en como soy yo, supongo que es lo mejor.

-Cai, gracias por escucharme, ojala tuviera a alguien más para poder desahogarme, me ayuda a ser yo mismo, quiero ser ese chico que era antes, no lo se, hablar me ayuda a serlo.

-No cambies, Peeta. Eres genial así.-Le digo sonriendo-Recuerda que nadie es perfecto.

Espero que estos absurdos juegos del cqpitolio no le afecten tanto como para que cambie su forma de ser. No le haria ningun favor.

-No cambiare, no permitire que me cambie por que quiero ser yo mismo.

Tiene razon, nadie es perfecto y quien crea serlo está muy equivocado.

-Me viene genial esta charla Cai por que me devuelve a mis orígenes. -Le abrazo y le coloco el pelo tras la oreja-